La hoja del árbol seca firma largo testamento antes de llegar al suelo. Al verse llena la luna, se puso corpiño de cuarto menguante. La cometa se echa el cielo a las espaldas. El viento, huyendo, no acierta a ponerse bien del todo ese sombrero que acaba de robar. Si la luz de las estrellas ha tardado millones y millones de años en llegar a nosotros, Imaginaos lo que tardarán todavía en llegarnos sus gritos. La caracola toca de oídas la sinfonía del mar. Las primeras gotas de lluvia se hacen daño al caer. El río tiende las sábanas de su lecho en las cascadas. La veleta es la eterna delatora del siempre perseguido viento. Parece que el cielo nos enviase la nieve para que recompongamos el rompecabezas de la nube. La luna sigue con su foco de luz los movimientos de la estrella invitada de esta noche. Al mar le han puesto una cerca, lejos. Mirador, de Lorenzo Oliván. LORENZO OLIVÁN (Castro Urdiales, Cantabria, 1968) es autor de los libros de poemas Visiones y revisiones (Premio Luis Cernuda), Único norte, Puntos de fuga (Premio Fundación Loewe), Libro de los elementos (Premio Generación del 27) y Nocturno casi (Premio Nacional de la Crítica y Premio de las Letras Ciudad de Santander). Dentro del género del aforismo o el fragmento poético, ha publicado Cuatro trazos, La eterna novedad del mundo, El mundo hecho pedazos e Hilo de nadie. Ha traducido a John Keats (Belleza y verdad, Epístolas y otros poemas) y a Emily Dickinson (La soledad sonora). Coeditó Espacio Hierro. Medio siglo de creación poética de José Hierro. Codirigió la revista de literatura y arte Ultramar. Ha editado Poesía con Norte. Los poetas y sus poéticas, Segunda Poesía con Norte y Tercera Poesía con Norte. Colaboró como crítico literario en el suplemento cultural de ABC. Su obra está incluida en numerosas antologías de poesía española