Juan XXIII escribió siendo muy joven su Decálogo de la serenidad. Se trata de un texto en el que propone un código de conducta diario que se convierte en un propósito para toda la vida: vivir al día y sin anticipar las preocupaciones, comportarse con cortesía y educación, practicar la buena lectura para alimentar el espíritu, saber adaptarse a las circunstancias, ejercitar la generosidad y la humildad, confiar en la Providencia… Un decálogo que explica esa serenidad tan característica del Papa Bueno, que le permitía mantener la calma, la alegría y la paz en todas las circunstancias. El texto del Decálogo se acompaña con inspiradoras fotografías que ayudan a la meditación.