La Primera Guerra Mundial se presenta a menudo como la gran catástrofe que puso fin a un siglo en el que Europa vivió relativamente tranquila gracias al equilibrio de poder diseñado tras el fin de las guerras napoleónicas. Este trabajo, sin embargo, repasa la historia de las relaciones internacionales durante el siglo XIX para defender que el equilibrio de poder fue muy poco operativo durante la mayor parte del periodo y que, cuando finalmente funcionó, se reveló un factor de inestabilidad más que de estabilidad, hasta el punto de que puede considerarse una de las causas determinantes del estallido de la guerra.