Esta obra examina un proceso de cambio en las bases constitutivas de la Iglesia católica a través del episcopado en España. El análisis prosopográfico de los obispos nombrados entre 1760 y 1833 se conjuga con el de sus relaciones personales para descubrir las experiencias vitales que condujeron a la jerarquía eclesiástica en su recorrido desde un contexto de fidelidades compartidas entre el Estado y la Santa Sede hacia una lealtad unívoca a esta. El fenómeno, que afectó a buena parte del mundo católico, ha sido tratado frecuentemente desde presupuestos esencialistas que minimizan la incidencia de los factores personales en la formación, la transmisión o la modificación de los referentes eclesiológicos del episcopado. Por contra, aunque sin pretender excluir otros enfoques, el presente libro busca contribuir al conocimiento de esa ruptura de los prelados con el mundo político mediante el estudio conjunto de las trayectorias de sus principales protagonistas.