L. Michael White, uno de los mejores especialistas mundiales sobre los orígenes del cristianismo, nos ofrece la exhaustiva y asombrosa historia de cómo el cristianismo se desarrolló desde la visión personal de un humilde campesino judío que vivió en una remota provincia del Imperio romano hasta llegar a convertirse en la mayor religión institucionalizada del mundo. White, que se nutre de las aportaciones hechas por la arqueología y la historia de la cultura, ha ambientado perfectamente la historia de los comienzos del cristianismo en su contexto histórico, tanto judío como grecorromano; en este sentido, la presente obra constituye una excepcional introducción al Nuevo Testamento; de hecho, es la introducción más categóricamente histórica que se ha escrito.
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