Tras una breve disquisición sobre la naturaleza general del discurso histórico y su metodología, el autor analiza la construcción de la historia realizada por el Islam. A continuación se repasan las fuentes árabigas actualmente disponibles traducidas a una lengua europea o al latín (obras geográficas, libros de viajes...). Por último, se ofrecen una serie de consideraciones sobre la lengua árabe y su dificultad para ser traducida a una lengua europea.