Desde que, en 1940, se rebeló contra el armisticio con la Alemania nazi hasta su muerte, fue el centro de la actividad política de Francia y, quizás, de Europa. Después de su muerte, la leyenda de su acción política se ha acrecentado. El libro estudia, en el contexto histórico, la extraordinaria contribución de De Gaulle a la estabilidad política de Francia: la redacción y puesta en funcionamiento de la vigente Constitución francesa. De Gaulle logró la instauración de la fundamental figura del Presidente de la República, elegido por sufragio universal, y su consecuencia política más inmediata: la existencia de dos fuertes y cohesionados partidos políticos. Francia y Europa pasan hoy por momentos complicados y difíciles que no pueden entenderse si se desconoce la magnitud histórica de la influencia del general De Gaulle.