Una obra corta pero esclarecedora. El autor, biólogo de renombre universal, debate la teoría del Diseño inteligente, según la cual las especies son demasiado complejas para haberse desarrollado gracias sólo a la evolución y, por tanto, su existencia tiene que ser obra de un diseñador inteligente, Dios. Es particularmente valiosa por su claridad respecto al papel de la ciencia, la teología y la fe en tan controvertido asunto.