«El testimonio expresa la forma adecuada de transmitir la fe en el mundo plural de occidente, caracterizado por la curiosidad y la espera de muchos, pero también por una indiferencia religiosa muy extendida o por la hostilidad de algunos. Un mundo en el que, por otra parte, ha aumentado el diálogo intercultural e interreligioso con tradiciones donde la religiosidad humana expresa su vitalidad sociocultural, y también sus excesos, a veces incluso violentos. Ya sea en los países de la Europa "cristiana¿¿, o en el horizonte de la misión ad gentes, el testimonio ha adquirido un papel decisivo para la comunicación de la fe. Pero su influjo no se limita a la dimensión "hacia fuera¿¿, sino que toca de lleno la inteligencia misma de la revelación y, por ende, de su transmisión eclesial. Estudiarlo es un modo de contribuir a la necesidad de comprender la tarea que le toca a la Iglesia en la sociedad plural de occidente, tanto en el orden de la reflexión teológica como de la vida pastoral».