La selva es el escenario y personaje omnipresente de estos cuentos. La selva misionera, con su violencia natural incontenible, frente al hombre, aliado a veces, destructor las más, de esa naturaleza salvaje. Humor y tragedia se combinan eficazmente en estos cuentos, dando como resultado ejemplos antológicos de ese difícil arte que es el cuento, en el que Quiroga se reveló auténtico maestro.