Cuba inicia una nueva etapa. Raúl Castro, el nuevo presidente del Consejo de Estado, anuncia cambios estructurales y de conceptos, si bien le acompañan las Fuerzas Armadas Revolucionarias que controlan la economía y cuya prioridad sigue siendo defender el derecho de la isla a ser una nación independiente. El nuevo panorama político en América Latina abre nuevas expectativas de mejora de sus relaciones comerciales con otros países. El cambio en la presidencia de Estados Unidos puede suponer el levantamiento del bloqueo. La disidencia permanece dividida y sin alternativas. El autor reflexiona sobre las claves del nuevo escenario que se abre en la isla y en torno a los interrogantes que a partir de ahora se plantean: ¿Qué repercusión tendrán sobre la vida cotidiana de los cubanos las previsibles mejoras económicas? ¿Conservará el Partido la capacidad de intervención sobre las reformas prometidas para evitar el desmerengamiento del sistema? ¿Podrá democratizarse el socialismo cubano? ¿Podrá Raúl manejar un periodo de reformas para que una nueva generación de dirigentes recupere los sueños del socialismo? La isla está en la hora de los mameyes que en cubano significa el momento crucial y definitivo.