El arte, en sus diversas expresiones, es n camino privilegiado para encontrar a Dios, pues va más allá de la razón, trasciende lo sensible y habla de lo infinito. [...]. Es un «algo» que nos habla. Es capaz de tocar el corazón. De comunicar un mensaje, de elevar el ánimo» (BENEDICTO XVI, Castel Gandolfo, 31-8-2011). Cuando el arte habla de Dios justifica el título de este ramillete de artículos que intentan plasmar una personal impresión —artística y humano-espiritual— de algunas obras de arte y de algunos artistas. Por eso se expresa un deseo: Que cuando tú, lector, contemples una obra de arte, experimentes que «algo», dentro de ti, goza la belleza de un misterio escondido entre los pliegues del arte. Y que el arte te hable de Dios.