La preocupación por combatir la pobreza y la desigualdad dieron lugar a la Declaración del Milenio del año 2000, que proclamó los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que debieran alcanzarse en 2015. En la Conferencia de Río de Janeiro de Desarrollo Sostenible de 2012 se creó un grupo de trabajo, con la finalidad de evaluar la práctica de los ODM y proponer su mejora. Fruto de los debates fue su propuesta de 17 objetivos, lo que se hizo llevándolos a la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de septiembre de 2015, adoptando la Asamblea General de la ONU una Resolución proclamando tales objetivos que marcarían la Agenda global de la ONU hasta el año 2030, encomendándose al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo su seguimiento y apoyo y subrayándose la necesidad de colaboración entre gobiernos, sector privado y sociedad civil.