«El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado». Extraída de la Constitución "Gaudium et spes" del Concilio Vaticano II, esta frase es fundadora de la antropología cristiana, un campo muy a menudo descuidado en los estudios teológicos. Monseñor Laffitte nos ofrece un gran número de reflexiones sobre temas tan diversos como la familia, el amor, la vida, el sufrimiento y la muerte, la conciencia moral, la sociedad, la acción cristiana, el perdón, el Corazón de Cristo. Lo más esencial de la lectura de estas páginas es la gran unidad que desprende, lo que hace que este libro sea una contribución decisiva a la reflexión cristiana sobre la naturaleza del hombre, su lugar en la sociedad, las aspiraciones y opciones, su origen y su destino. La luz de la Revelación ilumina todas las dimensiones de la existencia y las experiencias fundamentales del hombre, que tantas veces evocaba san Juan Pablo II. En estos tiempos en los que son hurtados uno a uno los pilares que sostienen la estructura del ser humano en toda su complejidad, y en especial se debilitan los vínculos de filiación y paternidad, el autor dibuja los contornos de una verdadera antropología filial una expresión llamada a marcar una época, sólo apta para dar al hombre una comprensión del sentido de su vida, además de las respuestas a las preguntas e inquietudes que habitan en su mente y su corazón. El Hijo eterno revela a cada uno el secreto de su ser creado: es hijo en el Hijo, amado y elegido desde la eternidad, y destinado a vivir eternamente del amor del Padre.