Equidistante de Europa, Asia y África, Creta es rica en vicisitudes históricas provocadas por las influencias e invasiones llegadas desde dichos continentes. Quizá la invasión más curiosa sea la protagonizada por los andalusíes expulsados de Alejandría en el siglo IX. Además, la civilización cretense o minoica hunde sus raíces en los mitos griegos, el más famoso de los cuales es el del rey Minos y su palacio, conocido como Laberinto, y el monstruo que en él habitaba: el Minotauro, abatido por Teseo con la ayuda de Dédalo y el ovillo mágico de Ariadna, mito que se evoca en el yacimiento de Knossós. Pero Creta es esto y mucho más: monasterios (Arkadi, Goniás...), cuevas de ensueño como la Diktaíon Andron, mitológica cuna de Zeus, ciudades y pueblitos tranquilos y playas, muchas playas en las que descansar y degustar la sabrosa gastronomía cretense.