El hecho de hacer piezas y juguetes cosiendo desarrolla la creatividad y educa la paciencia y el sentido del orden; permite conocer nuevos materiales y texturas, con lo que se amplía el vocabulario; aumenta el sentido de la estética y despierta el interés por combinar distintos colores. Además, mejora la habilidad de las manos y la agilidad de los dedos. El aprendizaje es gradual, des de lo más fácil a lo más complejo.