¿Es posible que los estudiantes puedan aprender todos y no fracasar juntos? ¿Puede la escuela recuperar su condición social ampliando la forma básica de relación profesor-estudiante(s)? ¿Qué añade la presencia del otro en la formación de todos? ¿Por qué la cooperación ocupa un lugar accesorio, y hasta a veces perturbador, en la práctica educativa? ¿Es la heterogeneidad y la ética de cooperación valores que pueden convivir en el aula? ¿Puede la pedagogía de la cooperación añadir valor educativo a la interconexión en la Sociedad Red? Estas preguntas son el hilo conductor de la reflexión pedagógica en este libro. En su intento por esclarecerlas, el autor examina la cooperación esa vieja desconocida en la educación-, desde la explicación sociocultural del proceso de aprendizaje, a través de la caracterización de la cooperación como acción pedagógica, recuperando la investigación educativa para reconocer sus ventajas e inconvenientes y, al final, ofreciendo formas básicas de orientación docente de la cooperación entre estudiantes. Todo lleva al autor a estar más convencido que aprender y cooperar es educar dos veces.