Los niños discapacitados tienen más oportunidades de superar sus limitaciones cuando se educan en un ambiente de amor, respeto y aceptación. Este libro está dirigido a padres de familia y educadores que tienen vinculaciones con niños cuya enseñanza requiere una atención especial. En este sentido, la autora presenta interesantes aportaciones al debate en torno a la inclusión de alumnos minusválidos en grupos de escuelas convencionales. El libro describe una experiencia de integración entre alumnos procedentes de escuelas especiales, con dificultades severas de aprendizaje, y alumnos no discapacitados en una escuela convencional. Un programa educativo que puso en práctica la propia autora a lo largo de un año, con el fin de analizar de qué manera la comunicación abierta y la convivencia permanente entre niños con características diferentes, permite que los pequeños con discapacidad se desarrollen mejor y que los demás aprendan a respetar sus diferencias, sepan ser amigos y “tutores” de sus compañeros y los reafirmen en sus capacidades y valores humanos. Esta obra propone un programa inclusivo que muestra al educador cómo debe ser el trabajo con los padres de familia, los alumnos y el resto del personal académico. Señala los aspectos que se deben tener en cuenta para supervisar adecuadamente la participación e integración de los distintos miembros de la comunidad estudiantil y de esta forma obtener resultados más satisfactorios.