Cuando dos hombres inteligentes que han rebasado ya los sesenta años, se ponen a charlar delante de una grabadora, suele salir casi siempre un libro lleno de interés. Así sucede con éste, en el que un escritor guatemalteco y un escultor alemán hablan en su trastierro mexicano de política, arte, modernidad, vanguardia, religión y futuro imaginado. Tal vez sea necesario advertir que los dos cordialísimos dialogantes están a considerable distancia ideológica uno del otro.