Los partidos ya no son suficientes. Daniel Cohn-Bendit nos moviliza, nos interpela. A pesar de la crítica radical a los partidos políticos, no hay que dejar de apreciar la democracia y advierte de la necesidad urgente de utopías en la vida política. Un partido escribe es como un escudo, una estructura cerrada y casi genéticamente hermética a la sociedad, pero ¿es posible la transformación de la cultura política para que responda a los movimientos sociales y esté guiada por la voluntad de construir un bien común? Si la elección ciudadana se reduce a poder cambiar gobiernos sin poder cambiar políticas, es necesario hacer un ejercicio de reflexión para que surja un sujeto capaz de representar, articular y agitar al conjunto de ciudadanos que quieran darle una vuelta a la Europa de la troika. Propone un reformismo moderno, imaginativo y subversivo en el que las alianzas entre la izquierda defiendan un proyecto autónomo de transformación ecológica y una modernización económica, social y política. Unas propuestas que Cohn-Bendit debate con su amigo Stéphane Hessel, en una entrevista en Le Nouvel Observateur que cierra el libro.