Entre agosto y septiembre de 2012, un centenar de mexicanos, familiares de las víctimas de la guerra contra el narcotráfico, recorrieron más de once mil kilómetros por el territorio de Estados Unidos. Su propósito era gritar su dolor frente a los principales responsables del conflicto, y construir lazos con organizaciones de sobrevivientes y otros familiares de personas asesinadas o desaparecidas por las mismas causas en el país vecino. Esta crónica reúne las experiencias, caminos, encuentros y desencuentros de ese puñado de seres humanos que cometen la esperanzadora desmesura de enfrentarse a la incomprensión, protestar ante la injusticia, alzar la voz y exigir la paz que todos merecemos y hace tanto que no vivimos.