La figura del voyeur está presente no sólo a nivel de la mirada del espectador sobre las acciones de los otros, sino que se incorpora en las modalidades de acceso a lo real de los dispositivos tecnológicos (géneros televisivos como los reality-shows, video-cámaras de vigilancia...) a los que al mismo tiempo intenta trascender mediante el establecimiento de relaciones con análisis de pinturas clásicas y modernas en la historia del arte. El impulso natural del hombre por demoler la separación ontológica frente al resto de los individuos y la curiosidad innata –y a la vez estimulada– de acceder a las intimidades ajenas se explica desde la interdisciplinariedad, método que convierte a este libro sobre el voyeurismo en uno de los más importantes publicados sobre el tema, con implicaciones ideológicas, psicológicas y estéticas de la imagen en nuestras vidas cotidianas.