Una breve reflexión sobre la obra de misericordia que nos llama a consolar a los afligidos. Marcelo Barros reflexiona, apoyándose en textos bíblicos y en su propia experiencia, sobre qué es el consuelo, quiénes son los que lloran, por qué Dios consuela a los afligidos y de qué modo son estos consolados. Consolar a quienes están sufriendo –dice– es uno de los gestos más revolucionarios que la fe cristiana pide, e incluye que nos movilicemos para luchar contra cualquier injusticia. Y nunca debemos olvidar que la verdadera solidaridad también se vislumbra en nuestras lágrimas.