En este libro se recorre la historia de la conservación y restauración de los bienes culturales, desde los orígenes hasta nuestros días, con la actualización de otros trabajos previos de la autora, a partir del análisis de la función que han tenido sus actores a lo largo del tiempo. Conservadores y restauradores de los bienes culturales han desarrollado su trabajo como profesionales en los museos, en los archivos y en las bibliotecas, aunque las nuevas perspectivas de los siglos xx y xxi han obligado también a desarrollar nuevas estrategias y dotar de una formación renovada. Así, se generan nuevos conceptos y nuevas herramientas metodológicas que se vinculan a los nuevos conocimientos, además de contar con centros de formación cada vez más especializados y con medios más apropiados. Este nuevo perfil profesional traza una fuerte alianza con la ciencia y amplía su área de actuación a entornos ligados al patrimonio arqueológico, al inmaterial o al etnográfico, en el marco de la patrimonialización de los bienes culturales, apoyando su tutela mediante la aplicación de la legislación. La restauración se adecúa a los criterios establecidos en acuerdos y cartas internacionales y la museografía desarrolla nuevos lenguajes. Por otro lado, la difusión incorpora junto a los objetos las realidades virtuales, para transmitir a la sociedad ese legado, que es la herencia de los bienes culturales, cuya sostenibilidad depende de todos, pero cuyo trabajo es competencia de un profesional cualificado. Una introducción y ajustada síntesis de esa compleja realidad actual de la conservación y restauración de los bienes culturales encontrará el lector en esta obra, que es fruto de una amplia experiencia de su autora adquirida a lo largo de su recorrido académico y profesional.