Cuando se defienden ciertas festividades populares actuales, se recurre a la tradicion como argumento mas socorrido. Se sugiere que esta tradicion fue siempre homogenea y uniforme. Y que, por supuesto, nunca hubo voces discordantes contra ella. Probablemente, lo fuera asi, pero estaria bien saber a que precio. Lo habitual fue la desaparicion de cualquier voz disonante o heterodoxa con el poder teocratico que imponia manu militari lo que dictaba la Iglesia al alimon con el poder politico. El llamado poder religioso cuando siente que un acto ofende alguna de sus abracadabrantes creencias o hiere, segun el, el sentimiento religioso de algunas gentes, llama al poder politico-militar y retira al momento el motivo de esa ofensa. Al reves no ocurre nunca. No ocurre jamas que, cuando una persona se ofende de que haya gente que diga que habla con gente invisible o que come el cuerpo y bebe la sangre de un individuo actos canibales donde los hubiere, nadie, ningun poder, ni politico, ni judicial, viene a defenderlo de las ofensas que estan infligiendo a esa persona ofendida, al sentido comun, la racionalidad y la ciencia. *** «El poder, sea religioso o politico, es impensable sin este orden estetico bien calculado ante el que las buenas gentes han sucumbido. La mayoria de las personas que se autotitulan representantes publicos serian un cero a la izquierda si no cubrieran su osamenta con todo tipo de chatarras y medallas.» *** «Las costumbres se descubren, las tradiciones se construyen.» (JORGE WAGENSBERG)