En plena Guerra Mundial, concretamente el 27 de abril de 1916, Valle-Inclán viajó a Francia, donde permaneció dos meses. Durante ese tiempo realizó varias visitas al frente de guerra siguiendo itinerarios muy concretos, que compaginó con estancias intermitentes en París. De esa intensa experiencia dejó constancia escrita en un pequeño cuaderno de notas, un cuaderno vertical, de hojas rayadas y cubiertas negras -similar a un Moleskine-, que presumiblemente no fue el único que llevó consigo, pero sí el único que se ha conservado. Se trata de una suerte de cuaderno de bitácora de carácter estrictamente personal, que da cuenta de las observaciones e impresiones del escritor sobre los efectos de la guerra en la vanguardia y la retaguardia francesas, subrayando el patriotismo del pueblo y del ejército francés, a quienes rinde homenaje de admiración constantemente. Este manuscrito, rigurosamente inédito, se ha conservado a lo largo de un siglo en el archivo privado de la familia Valle-Inclán Alsina, con otros materiales autógrafos originales y documentos desconocidos, que conforman el excepcional legado, que ahora custodia la USC por convenio firmado con los Herederos del escritor. El valor de este diario es múltiple: por su carácter testimonial ha sido la mejor guía para la reconstrucción de aquella experiencia tanto en su dimensión biográfica como histórica; reconstrucción a la que, con apoyo de otros materiales documentales, se ha dedicado el amplio estudio que precede a la doble edición del autógrafo. Pero El Cuaderno de Francia es igualmente un documento fascinante como muestrario de los mecanismos de escritura de su autor, en este caso pautados por su carácter privado y la inmediatez de la escritura respecto de los acontecimientos vividos. Pero además, en este libro se ha querido ponderar con ejemplos puntuales el carácter seminal del Cuaderno en relación al complejo proceso de escritura de La Media Noche. Visión estelar de un momento de guerra (1917). Con el alba. El Cuaderno de Francia aspira a poner al alcance tanto del curioso lector como del estudioso y especialista aquella centenaria experiencia valleinclaniana, un documento de carácter privado, cuyo interés y valor nadie pone hoy en entredicho. A tal fin, se ha concebido este libro en forma de tríptico: su I Parte alberga el citado estudio preliminar, que reconstruye e interpreta los itinerarios bélicos y urbanos de don Ramón; ocupa el centro del tríptico el facsímil de este cuadernito, reproducido de forma autónoma para que el lector pueda tenerlo en sus manos como si del original se tratase. En coherencia con la edición facsimilar, se ofrece en la II Parte del tríptico una transcripción diplomática, que respeta escrupulosamente los rasgos propios de una escritura viva, puestos de relieve en la correspondientes notas a la edición diplomática. Finalmente, en un empeño por convertir en comunicable lo que este autógrafo encierra, se ofrece un texto para leer; es decir, un texto limpio de tachaduras, que sigue el orden expositivo de acuerdo con su secuencia cronológica; y corrige errores o erratas ortográficos, así como los que atañen a la toponimia u onomástica. Esta edición así presentada, que no olvida en cada una de sus intervenciones el respeto que exige un documento autógrafo, va acompañada de una detallada anotación, complementaria del estudio introductorio con el que entabla un constante diálogo. Con el alba. El Cuaderno de Francia quiere conmemorar el centenario de su escritura, que coincide además con el 150 aniversario del nacimiento de Ramón del Valle-Inclán.