Sufrir por amor es inevitable. A todos nos ha ocurrido. La búsqueda de consuelo en asuntos amorosos es una constante en la historia de nuestra civilización. Suele decirse que todas las historias de amor concluyen y que irremediablemente todos terminamos sufriendo. Sin embargo, existe una relación de amor en la que esto parece no haber ocurrido jamás. Ha estado siempre ante nuestros ojos y nunca nos habíamos fijado en ella: se trata de la relación que los científicos tienen con todo lo que pasa en el mundo. Gracias a Newton, seguimos la pista de esa especial relación de amor con la ciencia para intentar aprender de ella las claves que nos ayuden a entender la ciencia que hay en el amor, para conseguir comprenderlo.