Annabelle ha decidido que su corazón está fuera de servicio y a las órdenes exclusivas de su cerebro. En Terminal de Ciencias, no existe nada fuera de su trabajo. Y no se trata sólo de aprobar la selectividad; tiene que ser la mejor. ¿Los chicos? Simples compañeros. Y tampoco cambiará nada Samuel, el hijo del embajador de los Estados Unidos caído en paracaídas en su clase. Annabelle acepta dedicar dos horas al día a hablar en francés con él, con la condición de que no la retrase en su camino hacia la excelencia. Annabelle es ambiciosa y apasionada, como las demás mujeres de su familia. Su madre, Lulu, está obsesionada por sus investigaciones universitarias. Su abuela, Marguerite, no dejará los fogones antes de haber logrado la segunda estrella para su restaurante. Las tres corren el riesgo de caer de arriba, de muy arriba. De caer y... ¡enamorarse!