En situaciones de alta competencia como la actual, es cuando las empresas tienen que agudizar su ingenio estratégico para asegurar sus ingresos y su permanencia en el negocio. Sin embargo, en los últimos tiempos hemos observado cómo muchos centros deportivos han optado por la solución más fácil, y han dirigido sus acciones a explotar la fuente de recursos económicos más cercana y accesible: el cliente. Han llegado a incrementar de tal manera la presión recaudatoria sobre sus clientes, a exprimirlos tanto, que han perjudicado la relación entre ambos y provocado su deserción. En Cómo aumentar los ingresos en los centros deportivos sin exprimir a los clientes, el autor propone a los centros deportivos cuatro opciones de actuación para incrementar sus ingresos, que no tienen una incidencia negativa sobre los clientes: revaloración, penetración, consolidación y diversificación.