La técnicas de estudio son herramientas prácticas que sirven para que el proceso de aprendizaje sea realmente eficaz. Recurren a ellas tanto los buenos estudiantes que quieren mejorar sus resultados como aquellos que han sufrido el llamado fracaso escolar. El profesor cumple una función mediadora y el alumno debe ser autónomo a la hora de estudiar y gestionar la información.