El Ciclo «A» de la liturgia nos permite el acercamiento al texto de Mateo, evangelio escrito principalmente para una comunidad de tradición judía. El escritor sagrado presenta a Jesús en paralelo con la figura de Moisés. El texto se divide en cinco grandes discursos, en resonancia del Pentateuco, los cinco libros sagrados que se le atribuyen al gran Profeta. Si Moisés se salvó de la muerte dictada por el Faraón para todos los hijos de los hebreos, Jesús se salvó del decreto de Herodes, que condenaba a todos los niños. Si Moisés salió de Egipto para conducir a Israel hasta la Tierra de la Promesa, Jesús volverá del exilio, de Egipto, para salvar a la humanidad; si el patriarca Moisés descendió del monte con las tablas de la Ley, los diez mandamientos; Jesús, sentado sobre el monte, pronunciará el decálogo del Nuevo Testamento, las Bienaventuranzas.