Casi un tercio de la población mundial depende del coco, tanto para su alimentación como para su economía. Durante miles de años el coco ha sido utilizado para curar problemas tan diversos como los abscesos, el asma, la calvicie, la bronquitis, las quemaduras, el estreñimiento, la tos, la disentería, el dolor de oídos, la gingivitis, la ictericia, los cálculos renales, el escorbuto, las infecciones cutáneas, la inflamación, la sífilis, el dolor de muelas, la tuberculosis, el tifus, las úlceras, los tumores y todo tipo de heridas. Y hoy en día, la medicina moderna está confirmando su efectividad para tratar muchas de las dolencias mencionadas. Cientos de estudios muestran que los beneficios para la salud del coco en sus diversas formas son espectaculares. Elimina, entre otros, los virus causantes del herpes, la hepatitis C, el sarampión y el sida. Mata las bacterias que causan infecciones en el tracto urinario, la neumonía y la gonorrea. Destruye los hongos y las levaduras causantes de la candidiasis, el pie de ­atleta, la tiña y otras infecciones. Expulsa la solitaria y otros parásitos, reduce la inflamación, protege de numerosos tipos de cáncer y también a las arterias de los daños causados por la aterosclerosis. Además, es una extraordinaria fuente de energía que potencia el bienestar de la persona, protegiendo al cuerpo de los radicales libres e incrementando la absorción de otros importantes nutrientes, vitaminas, minerales y aminoácidos.