Comer orgánico es beneficioso para la salud y para el paladar, ya que utilizan productos libres de toxinas que no agreden al cuerpo y, al respetar los ciclos naturales, se cosechan en su momento justo y por tanto tienen más sabor. Pero además, la cocina orgánica es toda una filosofía de vida que busca causar el menor impacto medioambiental posible y respetar al máximo a los seres vivos que nos sirven de alimento.
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