En su obra anterior, Ciencia y Técnica en el antiguo mundo romano (Cultivalibros, 2010), el autor nos presentaba cómo la cultura de Roma se inclinó más por lo técnico que por el conocimiento científico puro. En contraste ahora, en el presente texto, nos ofrece la visión de cómo el anterior mundo griego se decantó más, en líneas generales, por la ciencia que por lo práctico. Es con los antiguos griegos con quienes surgen ideas científicas como la teoría atómica, se construyen modelos cosmológicos y se mide el tamaño de la Tierra. También es con ellos con quienes nacen las primeras teorías físicas, se plantean las primeras hipótesis sobre cómo se mezclan los elementos para dar compuestos químicos, se clasifican los seres vivos y se estudian los fenómenos atmosféricos y geofísicos. Pero, sobre todo, se construye un formalismo matemático, especialmente en la Geometría, que se aplica con éxito no sólo a la agrimensura, sino a la Cartografía, a la Geodesia y a la Astronomía. Y también es la época en la que la Medicina empieza a ser separada de las interpretaciones mágico-demoníacas. Y en cuanto a la Técnica, los griegos no sólo impulsan la técnica naval, la minería y la metalurgia, sino que levantan grandes obras arquitectónicas. Pero además, construyen todo de tipo de máquinas basadas en poleas y engranajes, experimentan y aprovechan las propiedades de los fluidos y del vacío al diseñar bombas impelentes y de succión, e incluso diseñan algunos automatismos hidráulicos o neumáticos.