Se analiza, desde una perspectiva socio-histórica, el entramado de los grupos intelectuales y políticos que durante el Porfiriato enfrentaron el advenimiento de la nueva ciencia (la bacteriología, iniciada en Europa) para comenzar el largo proceso de su incorporación a la cultura médica mexicana. Más tarde, estos grupos desarrollaron las instituciones en que la bacteriología sería transmitida a través de la enseñanza y se harían los primeros intentos por adaptarla a las necesidades nacionales logrando, por momentos, algunos éxitos locales, como la producción de vacunas en gran escala.