Nos gustaba impulsarnos de la mano y salpicarnos todo el eros de política. Como en aquella foto movida y entusiasta que nos hicieron saltando en multitud. Sólo después supimos adónde: cada salto inventaba su lugar. ¿Y si rompemos esto nos decíamos y luego lo volvemos dulcemente a construir? Estábamos desnudos, estábamos furiosos y queríamos llevarnos las sobras a casa. Con el paso del tiempo nuestros cuerpos detenidos transparentaron el paisaje, o nos caímos de la fotografía por un agujero que nadie esperaba. De lo que hicimos queda el lugar, un aire eufórico y algo hecho añicos que aún respira. La historia cruje. Y la hostigamos. Amor es una escala de violencia. Lugares que se inventan de camino, de Erika Martínez. Erika Martínez es doctora en Filología Hispánica y licenciada en Teoría de la Literatura por la Universidad de Granada. Con su primer poemario, Color carne (Pre-Textos, 2009), obtuvo el Premio de Poesía Joven Radio Nacional de España. Su segundo poemario, El falso techo (Pre-Textos, 2013), fue escogido como uno de los cinco mejores poemarios del año por los críticos de El Cultural. Como aforista, ha publicado el libro Lenguaraz (Pre-Textos, 2011) y ha sido incluida, entre otras, en las antologías Pensar por lo breve (Trea, 2013), Laforisma in Spagna (Torino, 2014) y Bajo el signo de Atenea (Renacimiento, 2017). Actualmente es profesora de literatura hispanoamericana en la Universidad de Granada.