Cha Jing, o el Clásico del té, es el primer estudio sobre el té de la historia. El Cha Jing considera que todo lo que rodea al té es una parte muy importante del orden cósmico, por lo que la preparación y elaboración del té, es un símbolo de la armonía con el universo. Por ello, sobre la obra impera la idea de que todos los detalles de la vida deben de cuidarse y de celebrarse, que se debe tratar de encontrar la belleza en todo y buscar la tranquilidad y la armonía en la vida; empezando por el momento de la preparación y de la degustación del té, que fue una de las actividades más importantes del ocio chino. Así la recolección, elaboración y preparación del té, rozan la religiosidad, hablándose casi de una religión del té, donde se regulan todos los elementos que en éstas intervienen. Un obra histórica y llena de significados, traducida por primera vez al castellano, para todos los amantes del té y de la filosofía china. Lu Yu (733-804) también fue conocido como "el santo chino del té" y su obra como "el libro sagrado del té", lo que supone un claro ejemplo de la fascinación que los chinos sentían por el té. Al quedar huérfano fue adoptado por un monje budista del monasterio de la Nube del Dragón y según cuenta la leyenda, como se negó a tomar los hábitos de monje, se le obligó a realizar trabajos que no eran de su agrado, motivo por el cual se escapó, uniéndose a un circo como payaso. Pero antes de abandonar el monasterio ya había aprendido lo esencial de la preparación del té, puesto que en aquella época los mayores expertos del té eran los monjes. Cuando tenía 14 años, Qiwu, gobernador de Li, lo encontró y lo recogió de la calle, permitiéndole usar su biblioteca y concediéndole la oportunidad de aprender asignándole un profesor. Más tarde, para huir de una rebelión, Lu Yu se refugió en Shaoqi y fue durante este período, cuando se hizo amigo de escritores, entre los que se encontraba el calígrafo Yan Zhenqing y el poeta Huang Pu Zheng, que le animaron a escribir su obra magna: Cha Jing.