Desde que la palabra existe, la narrativa oral y escrita ha sido fuente inagotable de imágenes. Catón el Viejo (234-149 a.C.), personaje emblemático de la Antigüedad romana, sirve al novelista Eugenio Corti para escenificar la historia de un hombre inmerso en una época en constante cambio. Durante su azarosa vida, Catón fue soldado, cónsul, censor, orador, político, historiador, sin dejar nunca de ser campesino. A su alrededor, aquella joven nación de agricultores transita milagrosamente entre los caprichos de la historia, para terminar asentando las bases que le permitirán gobernar los destinos del mundo. En sus distintas encomiendas Catón afronta con gran firmeza los peligros que amenazan Roma: la corrupción exportada por la decadente y genial cultura griega; la agresividad económica de Cartago, fundada sobre un sistema esclavista llevado a las últimas consecuencias; el populismo y la vanidad de los emergentes generales romanos