Burdeos, capital de la región francesa de Nueva Aquitania, es un homenaje al arte de saber vivir; la ciudad de los epicúreos. Al valor de su legado monumental, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, hay que sumarle sus viñedos y bodegas, donde se producen y envejecen algunos de los mejores vinos del mundo. La historia de la ciudad gira en torno al Puerto de la Luna, como se conoce a la zona que se asoma al río Garona, donde se desarrolló toda esa actividad comercial. Hoy Burdeos armoniza pasado, presente y futuro, y rinde pleitesía al vino en el vanguardista museo La Cité du Vin, que disfrutarán todos los viajeros, sean entendidos en vinos o no. La Guía Express de Burdeos, concebida para una escapada breve, se propone descubrirla mediante paseos por sus diferentes barrios, dentro y fuera de la ciudad medieval. Tras la visita, se recopila un apartado de hoteles y restaurantes, seleccionados por su buena relación calidad/precio y su ubicación céntrica. Los planos de día y de noche, con comentarios sobre las zonas, ayudarán a localizar todos los lugares citados.
Si la vida puede en ocasiones ser ingrata, en la cocina siempre hay algo bueno que esperar. Por eso la mesa es de las mejores maneras que los hombres hemos encontrado para cortejar la felicidad y celebrar el acto gratuito de existir: algunos momentos, platos, vinos y compañías nos dejan la ilusión de que, siquiera sea por un instante, el mundo está bien hecho. En un recorrido por el año gastronómico, Comimos y bebimos es una celebración de la literatura y la cocina. Mes a mes y entrada tras entrada, sea al hablar de una barra memorable o al recordar el París culinario, cada apunte y cada historia de este libro parten de la mesa para hablar sobre la vida. Con una prosa al mismo tiempo placentera y exigente, Peyró quiere dar continuidad a la gran tradición de literatura gastronómica (y etílica) de los Pla y los Luján, Salter y Liebling, mezclando erudición festiva y memoria sensual, humor y hedonismo y pasión por las letras y la mesa. El resultado es un libro que nos deja con hambre de más.
Burdeos, capital de la región francesa de Nueva Aquitania, es un homenaje al arte de saber vivir; la ciudad de los epicúreos. Al valor de su legado monumental, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, hay que sumarle sus viñedos y bodegas, donde se producen y envejecen algunos de los mejores vinos del mundo. La historia de la ciudad gira en torno al Puerto de la Luna, como se conoce a la zona que se asoma al río Garona, donde se desarrolló toda esa actividad comercial. Hoy Burdeos armoniza pasado, presente y futuro, y rinde pleitesía al vino en el vanguardista museo La Cité du Vin, que disfrutarán todos los viajeros, sean entendidos en vinos o no. La Guía Express de Burdeos, concebida para una escapada breve, se propone descubrirla mediante paseos por sus diferentes barrios, dentro y fuera de la ciudad medieval. Tras la visita, se recopila un apartado de hoteles y restaurantes, seleccionados por su buena relación calidad/precio y su ubicación céntrica. Los planos de día y de noche, con comentarios sobre las zonas, ayudarán a localizar todos los lugares citados.
Si la vida puede en ocasiones ser ingrata, en la cocina siempre hay algo bueno que esperar. Por eso la mesa es de las mejores maneras que los hombres hemos encontrado para cortejar la felicidad y celebrar el acto gratuito de existir: algunos momentos, platos, vinos y compañías nos dejan la ilusión de que, siquiera sea por un instante, el mundo está bien hecho. En un recorrido por el año gastronómico, Comimos y bebimos es una celebración de la literatura y la cocina. Mes a mes y entrada tras entrada, sea al hablar de una barra memorable o al recordar el París culinario, cada apunte y cada historia de este libro parten de la mesa para hablar sobre la vida. Con una prosa al mismo tiempo placentera y exigente, Peyró quiere dar continuidad a la gran tradición de literatura gastronómica (y etílica) de los Pla y los Luján, Salter y Liebling, mezclando erudición festiva y memoria sensual, humor y hedonismo y pasión por las letras y la mesa. El resultado es un libro que nos deja con hambre de más.