Lo que se ha de creer (El Símbolo de los Apóstoles), lo que se ha de desear (el Padrenuestro y el Avemaría), y lo que se ha de poner en práctica (Los Mandamientos).
En vísperas de su muerte, y en una larga carta en la que le hablaba a un amigo íntimo de sus primeras experiencias, le decía a propósito de ellas: "Todo ello parece pertenecer a otra época y a otro mundo. Creo que actualmente todo mi interés se centra en otra cosa: en el 'mundo del espíritu', y todo lo demás me resulta verdaderamente insignificante y sin importancia. Las cosas que tanto me importaban en el pasado ya no tienen interés para mí. Lo que ahora absorbe todo mi interés son cosas como las de Achaan Chab, el maestro budista, y estoy perdiendo el gusto por otras cosas. No sé si todo esto es una ilusión: lo que sí sé es que nunca en mi vida me había sentido tan feliz y tan libre..." Estas palabras dan una idea bastante aproximada de cómo era Tony -y de cómo lo veían los demás- en su última etapa, antes de que nos dejara tan inesperadamente, cuando faltaban tres meses para que cumpliera cincuenta y seis años. No son muchos los que compartirían plenamente todo cuanto él dijo o hizo, especialmente cuando traspasaba los límites establecidos de la aventura espiritual (ni tampoco esperaba Tony que le siguieran dócilmente, sino más bien todo lo contrario). Lo que a tantos atraía de su persona y sus ideas era precisamente que Tony desafiaba a todos a cuestionar, examinar y liberarse de los modelos establecidos de pensamiento y de conducta, acabar con toda clase de estereotipos y atreverse a ser verdaderamente uno mismo: a buscar una autenticidad cada vez mayor. El regalo de despedida que nos ha dejado, y que indudablemente habrá de tener tanto éxito como sus anteriores libros, es La oración de la rana. Ojalá ayude a muchos a encontrar en la Verdad la liberación y el deleite que proporciona el conocimiento de sí mismo.
¿Es razonable creer en Dios hoy en día? ¿Qué razones hay? ¿Cómo puede Dios permitir que exista el mal? ¿Qué certezas hay de que sigue la vida después de la muerte?
Dos de los rasgos más importantes del seguimiento cristiano son la libertad y la alegría, dones de Dios y garantía de que vamos en su camino, aun cuando circunstancias como miedos, preocupaciones, heridas, personalismos, cansancios, tentaciones, presiones ajenas, etc. puedan resultar costosas. Tras la llamada inicial, siguen llamadas a compartir sus encargos, a asumir el peso de los afanes y trabajos de este mundo. Su amor ?nos apremia? ?en palabras de san Pablo? a compartir algo de lo mucho recibido, a sembrar en la realidad algo del bien que nos ha sido dado. Nuestro Dios es un Dios insistente, amorosa y curiosamente empeñado en tomar espacio en nuestra vida. Es un huésped paciente y respetuoso con nuestra libertad, pero tenaz, convencido de su plan. Una vez que hayamos concedido atención a su persona mostrará nuevas intenciones. Por eso, aunque tengamos la sensación de haber llegado a una relación de mayor intimidad y compromiso con Dios siempre hay un ?más? que nos desafía atrayentemente y espera de nosotros nuevos niveles de consentimiento a su amor.
Muchos consideran que la relación personal con Jesucristo está reservada a gente con especial sensibilidad hacia las cosas de Dios. Pero la verdad es que, sin el encuentro personal con Jesús, no hay vida cristiana, sino solo catolicismo cultural. No existen dos maneras de ser cristiano: la ordinaria -Misa dominical y poco más- y la extraordinaria -los que siguen de cerca a Jesús, y tienen una relación viva con Él-. La relación personal con Jesucristo vivo, en la Eucaristía y en la meditación de la Palabra de Dios, debería verse como algo normal para un cristiano. Tenemos muchas oportunidades en la vida para conseguirlo aunque, eso sí, sabiendo que Dios suele hablar bajito.
Dios llega de improviso. Y cuando aparece, puede cambiarlo todo. Igual que un lobo salvaje que, al ser introducido en un hábitat nuevo, lo transforma por entero. Jaime Tatay nos ofrece en este libro, un recorrido muy sugerente, profundo y ameno sobre algunas claves de la fe cristiana actual.
La religiosa Xiskya Valladares ofrece en este libro una serie de prácticas que cualquier institución católica podría tener en cuenta para mejorar su presencia y testimonio de fe en Facebook, la red social con más católicos del mundo, con el objetivo de compartir algunos trucos, sugerencias y conocimientos que ayuden a las organizaciones y grupos católicos en su misión evangelizadora en esta red social a trasmitir información, promover iniciativas y a conversar y crear comunidad entre los seguidores. Una pequeña obra en la que se comparten algunas buenas prácticas a tener en cuenta para evangelizar en Facebook basándose en enseñanzas de expertos en marketing digital. En definitiva es aprender a ser misioneros en esta era digital y convertirse en un «community manager» del cristianismo.
«La relación entre fe y política es uno de esos grandes temas que está desde siempre en el centro de la atención de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, y que atraviesa todo su camino intelectual y humano. La experiencia directa del totalitarismo nazi lo condujo, ya siendo un jo- ven estudioso, a reflexionar sobre los límites de la obediencia al Estado a favor de la libertad de la obediencia a Dios: "El Estado ?escribe en este sentido en uno de los textos propuestos? no constituye la totalidad de la existencia humana ni abarca toda la esperanza humana. El hombre y su esperanza van más allá de la realidad del Estado y más allá de la esfera de la acción política. Y esto es válido no solo para un Estado al que se puede calificar de Babilonia, sino para cualquier tipo de Estado. El Estado no es la totalidad. Esto le quita un peso al hombre político y le abre el camino de una política racional. El Estado romano era falso y anticristiano precisamente porque quería ser el totum de las posibilidades y de las esperanzas humanas. Pretendía así lo que no podía realizar, con lo que defraudaba y empobrecía al hombre. Su mentira totalitaria le hacía demoníaco y tiránico"» (Papa Francisco).
Después de un largo viaje o de un agobiante día de trabajo, nada se agradece más que volver a casa, sobre todo si está tranquila y ordenada. Allí, en la paz del hogar, nos encontramos seguros y podemos recibir las visitas de los amigos. En la vida espiritual ocurre igual. Cuando Jesús invitaba a sus discípulos a ver dónde vivía, con frecuencia los llevaba a un lugar tranquilo en el que podían descansar; también Él recurría muchas veces a la soledad para descansar con su Padre. Este libro, mediante unos sencillos ejercicios, nos invita a hacer ese itinerario de descubrimiento que nos mostrará caminos para cuidar el propio mundo interior y encontrarnos en él como en nuestra propia casa. Nos invita a encontrar un hogar en la amorosa relación con Dios, como hizo Jesús, y con ello a encontrar en nosotros mismos paz, hogar y seguridad para, al mismo tiempo, volver a descubrir y configurar nuestra dignidad como quien está inmerso en la vida de Dios.
Caín ha pasado a la historia como autor de una de las preguntas más conocidas. Una pregunta a la que muchas personas recurren cuando se les pone frente a los sueños y oportunidades destrozadas a causa de su egoísmo.