Mi vida en Cristo reúne una selección de escritos espirituales de este gran santo ruso de finales del XIX y principios del XX, todos ellos caracterizados por la obediencia a la Palabra de Dios. Si hubiera que destacar un único elemento característico de la espiritualidad del Padre Juan, sin duda habría que elegir su forma de entender la oración. Él no es un maestro al uso: no ofrece métodos, ni caminos, ni técnicas especiales; simplemente es un hombre de oración. Cuando habla de ella la experimenta como intercesión por todas las criaturas, tanto por los buenos como por los malos; su oración está hecha de esperanza, incluso de atrevimiento hacia ese Dios eficaz en la historia concreta y siempre presente en la liturgia eucarística cotidiana.
¿Podemos vivir sin fe? ¿Podemos confiar plenamente en Alguien?... Esta obra propone que el lenguaje y la experiencia del enamoramiento, del amor, de la amistad, sostiene la fe cristiana. En efecto, la fe cristiana es, en primer lugar, un encuentro amistoso en el que nos sentimos reconocidos como somos. Nos saca del infantilismo y nos conduce hacia la madurez. La fe cristiana consiste en un encuentro amoroso que descubre en Jesús de Nazaret y su comunidad la expresión suprema de Dios. En efecto, la fe es una experiencia de enamoramiento. Con seguridad que Mario -y Mario somos todos- está lleno de interrogantes cuyas respuestas fundamentan la vida de cualquier persona. Por eso es de agradecer que este libro presente a un joven, o a los jóvenes o adultos que se acerquen a leer sus páginas, sin imponer, sino proponiendo, el tesoro, la verdad, la vida plena de Jesucristo, que llena de claridad tantas zonas erróneas y oscuras de la vida. A través de catorce capítulos se va desgranando, de forma amena y con un lenguaje actual -queda claro desde el primer momento que estamos ante el trabajo de un pedagogo-, la experiencia cristiana de Dios, con sus luces y también con aquello que cuesta entender, pero que desde el amor se puede hacer propio. Un libro que sabe relativizar e ignorar lo secundario e ir a lo fundamental.
Una de las causas del abismo humano y del agotamiento medioambiental que padecemos es la forma de vida insensatamente consumista de las sociedades desarrolladas. Se impone por tanto un cambio en nuestro estilo de vida occidental y para ello se propone aquí un medio: comunidades de vidas consagradas a explorar, poner en práctica y extender un estilo de vida desarrollado que sea sostenible y solidario, a la vez que saludable y espiritual, desde una pasión común por el Creador, por sus criaturas y por la creación. Una comunidad fraterna de buscadores de Dios que vivan su vida y su misión desde estos parámetros podría ser, para la Iglesia y el mundo, un brote nuevo de una especie aún por identificar, un estilo de vida para otro mundo posible.
El testimonio de los laicos debe fundarse en la vida de Cristo. Por ello, Nino Sammartano presenta diez rasgos de Jesús que merecen ser hoy particularmente contemplados por los cristianos empeñados en ser testigos de Cristo en su vida y en su apostolado, ya que constituyen el carnet de identidad de los seguidores de Jesús. El libro dedica una reflexión a cada uno de estos rasgos característicos, basándose en episodios de los Evangelios, ?traduciéndolos? al mundo de hoy desde una óptica que privilegia la vocación y la espiritualidad laical.
Un calendario atril que ofrece una página para cada día del año con un pensamiento del Papa Francisco que puede servir para la reflexión y la meditación. Incluye el santoral diario, efemérides destacadas y espacio para notas. Cada mes se abre con una foto del Papa. El calendario indica, además, las fiestas nacionales, el día festivo para cada Comunidad Autónoma y las principales conmemoraciones litúrgicas.
Uno de los principales problemas que sufrimos en estos tiempos es el de la soledad y la falta de amor. Solos todo se hace más pesado y hasta las más pequeñas dificultades se convierten en obstáculos insuperables; privados de amor nos sentimos más débiles e inseguros. Es urgente cambiar de actitud, cambiar nuestro corazón para caminar por la vida del amor que nos presenta la parábola del buen samaritano, y que consiste, básicamente, en ver las necesidades de nuestro alrededor y, en la medida de nuestras posibilidades, intentar solucionarlas. No quedarnos sólo en la visión de un mundo necesitado sino pasar al compromiso para dar de comer al que tiene hambre, dar bebida al que se muere de sed, vestir al que carece de ropa, acoger al que no tiene casa, visitar al que está solo, enfermo o en la cárcel?, en resumen, actualizar las obras de misericordia para conseguir un mundo más evangélico y humano.
Este libro recoge las vivencias de Pedro Arrupe tras la explosión de la primera bomba atómica en Hiroshima. Narración sencilla que revela su profundo compromiso con lo humano y con lo divino.
En un mundo, tan apegado a la negrura y a la intrascendencia, es reconfortante encontrar personas como José Luis Gago, que trasmiten optimismo real ante la vida. Eso es lo que se percibe en cada acción de ?gracias? de este libro lleno de sensibilidad, que nos hace caer en la cuenta de que estamos rodeados de pequeños detalles y de gestos sencillos de los que apenas nos enteramos y que son un filón inagotable para mostrar nuestro agradecimiento a Dios. Mucho más interesante nos resultan estas páginas cuando sabemos que están escritas como una ?última palabra?, como un testamento de quien sabía que su vida estaba terminando. Este conjunto de ?últimas palabras? nos ayudan a descubrir que la vida es hermosa cuando somos capaces de encontrar en ella un sentido a cuanto nos ofrece y que nos debe impulsar a llenar nuestro entorno de alegría y esperanza.
Esta parábola solo se encuentra en Lucas. Es de una fuente propia suya y está dentro de lo que se conoce como las tres parábolas de la misericordia, tema destacado de Lucas a lo largo del evangelio. La misericordia de Dios llega a los pecadores y a los pobres a través de Jesus.
¿Cómo orar en medio del trabajo, en los desplazamientos cotidianos, en la lucha diaria, en esa franja que hemos declarado por definición profana, es decir, marginal en relación con el mundo sagrado al que parece pertenecer de suyo la oración? ¿Cómo orar en esos lugares en los que la deshumanización parece inevitable, de los que parece excluída la posibilidad de sosiego, de recogimiento, la calidad mínima de vida que nos parece que exige el ejercicio de la oración? Las páginas de este libro traslucen el Misterio de Dios que envuelve las preguntas sinceras, las bondades ocultas, el amor verdadero presente en las vidas de las gentes sencillas.
Me dirijo ahora a ti, quienquiera que seas». Esta breve frase de la Regla de san Benito es perfectamente adecuada, pues sin duda la Regla es uno de los grandes textos espirituales de todos los tiempos. Se trata de una obra a la que acuden una y otra vez, como a un manantial o una fuente siempre fresca, todos aquellos que la han descubierto. Cuanto más cotidiana se hace, más revela sus profundidades. Siempre tiene algo que decir, cualquiera sea el momento o la etapa del camino espiritual en que nos hallemos. Al considerar las razones por las que después de catorce siglos esta Regla sigue siendo la luz que guía la vida de miles de cristianos, hombres y mujeres de toda condición, se percibe su maravillosa discreción y moderación, su extremada razonabilidad, su conocimiento de las capacidades y debilidades de la naturaleza humana. No hay excesos, sino sobrias regulaciones basadas en el sentido común. No ofrece leyes, sino principios de perfección concordes con el Evangelio.
Cuando los judíos de Cafarnaún, contemporáneos de Jesús, se asombraban porque lo que le oían decir en la Sinagoga era ?una doctrina nueva expuesta con autoridad?, estaban constatando que las palabras de Jesús no eran ?palabras vacías? sino que influían en la realidad, eran capaces de alejar las fuerzas del mal y de devolver la plenitud de vida a los que sufrían. Además, la enseñanza de Jesús no es ?nueva? porque rompa con lo que estaba escrito en los libros santos de Israel ni porque se apoye en fundamentos desconocidos hasta entonces. Los oyentes se asombran porque Jesús es capaz de dar vida a palabras ya usadas rejuveneciéndolas, haciéndolas expresar lo que siempre hubieran querido significar. La imagen de novedad que irrumpe en el curso habitual de los acontecimientos del mundo puede ser considerada como la firma de Dios en la Biblia, un Dios que viene a nuestro encuentro para abrirnos horizontes insospechados ya que encontrarse con Él es separarse de las rutinas aburridas para entrar en una dinámica que da vida y renueva. A través de las páginas de este libro y siguiendo los relatos de las Escrituras, descubriremos la significación de la palabra novedad, muy distinta de la que utilizamos comúnmente en nuestras vidas.
La vida de los monjes nos produce, a los que no lo somos, cierta curiosidad y perplejidad debido, en gran parte, a desconocimiento. Enzo Bianchi contesta a las preguntas de G. Caramore y nos expone las características de esta otra forma de vivir, llena de un dinamismo que nada tiene que ver con los muros, generalmente vetustos, en los que viven los monjes. Se nos presentan así, con un estilo claro y ameno, ciertas paradojas que no son sólo propias del monacato sino de cualquier persona que quiere vivir seriamente la vida cristiana: soledad y compromiso, obediencia y libertad, autonomía y comunidad, trabajo y oración, etc.
Dios entrega a su pueblo el Decálogo en un contexto de liberación y con una finalidad precisa: para que no vuelva a caer en la esclavitud y aprenda a vivir en libertad. Este material ayudará a contemplar y compartir el significado moral de los mandamientos en el grupo de catequesis.