En el rànking dels sants populars, aquell adolescent romà, màrtir en el segle IV, hi ocupa un lloc de privilegi. Potser no tingui gran cosa a veure amb el que va ser la seva vida, però segles de tradició popular li han demanat el que és bàsic per als senzills: salut i feina.
Un sencillo sacerdote de un pequeñísimo pueblo que, sin pretenderlo y sin salir de allí en toda su vida, alcanzó una notable fama en toda Francia. No escribió nada: con dificultad, y con bastantes años, aprendió a leer y a escribir. Llegaron a echarle del seminario por suspender los estudios. Sin embargo, al cabo de los años, personas importantes de toda Francia irían a Ars para escuchar su consejo; y el Emperador de Francia le daría el prestigioso título de Caballero de la Legión de Honor. Toda su fama le vino de su actividad. Lo llamativo es que en su caso toda su actividad la ejerció encerrado en una caja de madera de un metro cuadrado de superficie: su confesionario. El pueblo tuvo que armarse con fondas y pensiones para albergar a tantos penitentes como esperan su turno. Orar con el Cura de Ars: leer, ver cómo es esa alma, ver cómo es la mía en situaciones similares, desear cambiar, decírselo a Dios, hacer propósitos.
En octubre de 2005 el seminario de Ávila conmemora el 50 aniversario de la inauguración del nuevo edificio. En el ámbito de esta efeméride, la diócesis y el propio seminario quieren hacer memoria agradecida levantando acta de la significación espiritual, cultural y sacerdotal de don Baldomero Jiménez Duque durante casi medio siglo en la historia de la Iglesia de Ávila y de España. No nos ha parecido justo que se perdiera la memoria de un sacerdote conocido fuera de las fronteras de la diócesis de Ávila por su etapa como formador y rector de su seminario (1940-1965) y como guía de almas para tantos seminaristas, sacerdotes, religiosos y religiosas a lo largo de su dilatada vida, cuando está a punto de cumplir 94 años. El presente libro quiere ser un homenaje a un hombre que fue capaz de aunar la dedicación plena a su trabajo de rector del seminario, inculcando a sus seminaristas un amor apa-sionado por el sacerdocio, con el cultivo de la teología, la historia y la espiritualidad, con una atención especial a los místicos abulenses. A todo ello, don Baldomero añadió su faceta como director de ejercicios espirituales y guía de almas: «Despertaba el corazón a horizontes nuevos y encendía el deseo de ser más, de conocer mejor, de acercarse a Dios y de conformarse a Cristo» (Olegario González de Cardedal).
Escribir un libro sobre Dios es bien difícil; hablarle precisa de condiciones especiales para quien lo hace. Este volumen recoge cincuenta cartas a Dios escritas desde posturas existenciales diversas. En él se hace acopio del latido profundo de una mayoría de personas católicas, pero también de otras agnósticas, alguna atea, dos musulmanes y un budista. Es un libro que recoge las preguntas, dudas, convicciones y esperanzas que vive el ser humano del siglo XXI ante la realidad siempre misteriosa de Dios. Un libro de carne y hueso, lejos de la especulación teológica o filosófica; lo que se escribe en primera persona se halla sometido a la prueba de la verdad de la realidad que cada cual es, por más que la quiera esconder o disimular. Un libro realizado sin concesiones a la galería, un cara a cara con Aquel que nos salva, con Aquel ante quien dejamos de creer, ante Aquel que nos sobrepasa o al que sencillamente no llegamos.
Hace ya más de un año que Juan Pablo II conmovió al mundo con su sufrimiento. Fiel a la promesa hecha al cardenal Wyszynski en el momento en que fue elegido, había guiado a la Iglesia y a los cristianos en el paso al tercer milenio. Con su ejemplo y con su palabra, Juan Pablo II se ha convertido en un testimonio de paz para los creyentes de otras religiones y para todos los hombres de buena voluntad. Esta fecundidad evangélica se nutría de su gran participación en el dolor. En su infancia perdió a sus padres, la juventud quedó marcada por la experiencia de la guerra y la persecución nazi, a las que siguieron las restricciones del régimen comunista. Como Papa sufrió un atentado, el mal de Parkinson y numerosos ingresos en el hospital. Hombre de dolores, Wojtyla mostró siempre una atención constante hacia los enfermos y sufrientes, que percibían en él la escucha y la comprensión de su corazón. Este libro recoge la concepción del sufrimiento en el magisterio y en la vida de Juan Pablo II, así como los testimonios de su médico personal y de monseñor Comastri, que narra la respuesta de los fieles de todo el mundo en su despedida al Santo Padre. Un libro fascinante para re vivir una historia de gratitud y amor.
Las páginas de este libro son un acto de agradecimiento a los enfermos, familiares y compañeros, que han dejado una huella profunda en el corazón de la autora.
El hombre que, en el siglo XIX, restauró la Orden de San Juan de Dios en España. Y la historia empieza así: 'Con afecto he preparado esta pequeña biografía de San Benito Menni para que llegue, a cuantos quieran conocerle, con todo cuanto hizo por el mundo social y sanitario, en un ambiente no muy favorable. En la primera mitad del siglo XIX, España vivió, desde criterios concretos y promovido por el gobierno de la época, la desamortización de Mendizabal. Esto llevó consigo la desaparición de la mayoría de las obras de la iglesia implicadas en acciones en favor de la enseñanza y del mundo sanitario y social que muchas congregaciones religiosas tenían, siguiendo el espíritu de sus fundadores.