Testimonios personales y obras populares como fuente de inspiración cristiana



SAN ALONSO RODRÍGUEZ, EL HUMILDE PORTERO (ROS CARBALLAR, CARLOS)
Un jesuita del siglo XVI, modelo de sencillez, de caridad y de sabiduría cristiana. Y la historia empieza así: 'Alonso nació en Segovia el 25 de julio de 1533 (?), tercero de once hermanos del matrimonio formado por Diego Rodríguez, un acomodado comerciante de lanas y paños, y María Gómez de Alvarado. Segovia, en el corazón de Castilla la Vieja, tejía lana de ovejas merinas y exportaba sus productos incluso a América. Pero vino la competencia de los paños de Flandes, más baratos, y llegó la crisis de la industria textil que afectó a la familia de Alonso.'

YO TODAVÍA CREO EN LA ESPERANZA (DÍEZ-ALEGRÍA GUTIÉRREZ, JOSÉ Mª)
José Mª Díez-Alegría nació en Gijón, en 1911 y allí vivió hasta 1926. Después de tres años de estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, ingresa en 1930 en la Compañía de Jesús, donde completa su formación religiosa e intelectual durante diecisiete años en Bélgica, España y Roma. Es licenciado en Teología, Doctor en Filosofía y Doctor en Derecho. En 1972 publica el libro Yo creo en la esperanza y, a consecuencia de los conflictos suscitados, deja (de manera pacífica y amistosa) la cátedra de la Universidad Gregoriana (1973) y cinco años después la Compañía de Jesús, quedando incardinado como sacerdote en la Diócesis de Segovia, sin cargo pastoral oficial. Entre 1973 y 1985 vivió en el popular barrio madrileño del “Pozo del Tío Raimundo" con José Mª de Llanos y otros miembros de la Compañía de Jesús y en la actualidad sigue viviendo en una residencia de Jesuitas. Junto a su experiencia religiosa y académica, ha tenido grandes ocasiones de diálogo y convivencia con el mundo obrero, y ha mantenido, desde hace muchos años, una comunicación abierta y fluida con no creyentes. El presente libro es una manifestación absolutamente sincera de cómo vive la fe este modesto ciudadano pensionista, que ha pasado por muy diversas circunstancias y en todas ellas ha ido manteniendo una fe cada vez más libre, viva y madura.