Testimonios personales y obras populares como fuente de inspiración cristiana



JUAN BOSCO, PARA LOS JÓVENES (LATORRE CASTILLO, JORDI)
En la Italia convulsa del siglo XIX, un joven sacerdote con grandes capacidades de simpatía y de relación con los demás, gran educador, inicia una labor de servicio integral a los jóvenes que dará grandes frutos y que culminará en la fundación de la congregación salesiana. En 24 amenas e intensas páginas, la historia de ese personaje excepcional.

GERARDO DE AURILLAC, GUERRERO Y SANTO (BRUGADA CLOTAS, MARTIRIÀ)
En la Edad Media, un conde que supo vivir en el mundo, dedicado a Dios. Y la historia empieza así: 'Olvidado y eclipsado por otros santos homónimos que le sucedieron en el tiempo, san Geraldo o Gerardo de Aurillac se convirtió en un auténtico referente laical en la Edad Media, promovido por los monasterios ya desde el siglo X, en el momento de la reforma cluniacense y gregoriana...'

FRANCISCO DE SALES, DOCTOR DEL AMOR (LLOPIS SARRIÓ, JOAN)
Pocos santos hay en el calendario tan entrañables como el buen obispo de Ginebra. Vivió y comunicó, con simpatía, el núcleo del mensaje evangélico: el amor compartido. Y supo escribir sobre ello. En circunstancias nada fáciles.

JERÓNIMO EMILIANI, PADRE DE HUÉRFANOS (FERNÁNDEZ GONZALEZ, FRANCISCO MANUEL)
Y la historia empieza así: 'Jerónimo no es un nombre frecuente. Y si el nombre no es frecuente, el apellido puede que resulte totalmente desconocido: Emiliani o Miani. Había nacido en Venecia, allá por el año 1486. Y es -aunque él nunca llegó a saberlo- prototipo del hombre del Renacimiento. Las dos etapas de su vida encarnan las dos almas de la época: por lado, la aparición de un renaciente paganismo, que llega a penetrar, y a invadir por contagio,...'