Florence Noiville, licenciada en una de las escuelas de negocio más prestigiosas del mundo, desempeñaba un cargo de responsabilidad en una gran multinacional, pero decidió cambiar de ofi cio. ¿El motivo? No estaba de acuerdo con el sistema neoliberal que ella misma estaba ayudando a alimentar con su trabajo y al que considera culpable de la crisis actual.Noiville, escritora y economista, señala con el dedo a las todopoderosas escuelas de negocio y critica su sistema de enseñanza, responsables, según ella, de proporcionar una formación basada en unos valores que, como se ha demostrado, sólo incrementan la desigualdad entre ricos y pobres.
Pocas épocas en la historia han gozado de tanto desprestigio como ésta. Las características de la actualidad fueron correspondiéndose con un periodo de máxima decadencia. Ahora, por fin, un fenómeno ha frenado esta deriva: la Crisis. La llamada crisis financiera significa el ocaso de una cultura y acaso de un sistema, pero también el comienzo de otra etapa, quizás mejor. La globalización, la televisión, el constante universo de internet nos han mostrado los males que perjudican este mundo. El consumismo nos ha preparado para la crítica del objeto, de las imágenes y la estrategia de las apariencias. ¿Cómo no celebrar la quiebra del sistema? Frente al relativismo moral regresaría la disciplina de la Biblia, frente al dispendio llegaría el encanto de la austeridad. ¿Un cuento capitalista más? ¿El auténtico funeral de una era? Todo este libro se dedica a examinar y responder estas cuestiones. «Hay que leerlo porque intenta responder a las preguntas que se hacen el común de las personas» (Carlos Pérez Ariza, La Opinión de Málaga). «Un elegante, informado y muy agudo examen, que ha de figurar entre los originales diagnósticos de comienzos del siglo XXI» (Francisco Bobillo, Leer).
Carlos Rodríguez Braun y Juan Ramón Rallo defienden el liberalismo rebatiendo los argumentos de sus fustigadores. Por ejemplo: la crisis la provocó la liberalización y la desregulación; no manda la política, mandan los mercados; toda reducción del Estado del Bienestar atenta contra las conquistas sociales; los especuladores desestabilizan la economía y generan las burbujas; el Estado puede organizar la economía con efi cacia y equidad; si el intervencionismo es malo, el liberalismo también lo es, y por lo tanto lo correcto es buscar un punto de equilibrio entre ambos. Las cinco lecciones de economía que componen este libro refutan los tópicos del pensamiento único, constituyen un manual para no iniciados en la materia y, a la vez, una invitación a refl exionar sobre las críticas al capitalismo y al mercado libre. En esta obra, amena y provocadora, los autores rechazan la creciente intromisión del Estado, la coacción y la intimidación del poder, así como su constante empeño en recortar los derechos de los ciudadanos, alegando que él sí sabe lo que mejor conviene a sus súbditos. Esa soberbia de las autoridades, esa prepotencia de los poderosos, esa pasión por controlar, asustar, imponer, prohibir, vigilar, multar, recaudar? Eso, concluyen, sí es pecado.
Una nueva crisis nos espera al doblar la esquina. Nos espera una época de vaivenes económicos que quedarán patentes en no una sino dos recesiones económicas a lo largo de esta década; pero ¿hay luz al final del túnel?, ¿cuándo saldremos de ésta? y ¿cómo? A todas estas preguntas contesta en este libro el reputado analista financiero Juan Ignacio Crespo, y lo hace con un lenguaje de lo más asequible.
El espíritu de nuestro tiempo se caracteriza por su empeño en negar el conflicto como lo esencial de toda política democrática. Lejos de ser un signo de progreso, buscar el consenso y promover una unanimidad social suave es un grave error que pone en peligro las instituciones democráticas. En muchos países, este consenso centrista está propiciando el auge de partidos de la derecha populista, que se presentan como las únicas fuerzas contrarias al sistema, aspirando así a ocupar el espacio de la crítica abandonado por la izquierda. Discutiendo las tesis de John Rawls y Jürgen Habermas, así como los dogmas de la tercera vía de Anthony Giddens practicados por Tony Blair, Chantal Mouffe argumenta que pese a la supuesta desaparición de la distinción entre izquierda y derecha, la categoría del adversario sigue teniendo un papel central en la dinámica de la democracia de las sociedades postindustriales del presente. Recurriendo a las ideas de Wittgenstein y Derrida, y a las provocadoras tesis de Carl Schmitt, la autora propone una nueva concepción del sistema democrático, al que define como un pluralismo agonístico que implica la imposibilidad de erradicar el antagonismo y de llegar a soluciones definitivas de los conflictos.
Leopoldo Abadía nos propone las mejores soluciones para salir de la crisis, y lo hace desde un punto de vista optimista, positivo y sensato. Un texto fácil, ameno y cargado de detalles de la vida cotidiana con el que todos nos identificaremos. Abadía demuestra en La hora de los sensatos que no hay que ser un gurú de la economía para entender que el sentido común es la clave para salir adelante.
Mientras las grandes potencias se estancan, el mundo en desarrollo acelera. ¿Estamos a punto de presenciar un giro histórico de la economía internacional? Nos encontramos a las puertas de un siglo que será testigo del fin de las enormes desigualdades en riqueza y nivel de vida entre el Occidente industrializado y el resto del planeta. El acelerado crecimiento de las naciones en desarrollo y su convergencia con los países avanzados es una tendencia imparable. Y va a reconfigurar el mundo. El premio Nobel de Economía Michael Spence explica qué ha sucedido para provocar este giro radical, y los desafíos sin precedentes que supone para los gobiernos nacionales, la coordinación internacional y la sostenibilidad. ¿Podremos aprender a gestionar algo tan complejo como una economía global, con su creciente interdependencia y diversidad? ¿O es la actual crisis precursora de un periodo de destrucción e inestabilidad? ¿Qué va a pasar con la población, los recursos naturales y el medio ambiente? Con claridad y contundencia, Spence describe lo que está en juego para todos nosotros a la vez que anticipa cómo evolucionará la economía mundial en los próximos cincuenta años. Este libro está destinado a suscitar un acalorado debate sobre el mejor modo de avanzar tras la crisis y de restaurar el equilibrio entre los intereses económicos nacionales y las exigencias internacionales, entre las soluciones a corto plazo y la sostenibilidad en el futuro. Reseñas:«El ascenso de China es solamente una parte de un asombroso proceso de aceleración de los países en desarrollo que está sucediendo en el mundo. Todos nos percatamos de este profundo cambio, pero pocos tienen la capacidad de distanciarse, analizar el pasado y adivinar a dónde nos conduce el futuro. Michael Spence la tiene, y la utiliza. Esta es una profunda reflexión sobre cuestiones que resultan esenciales. Yo aprendí mucho de este libro: estoy seguro de que otros lectores también lo harán.»Oliver Blanchard, economista jefe del FMI «Siempre supe que Michael Spence era un magnifico economista. Tras leer este libro, me doy cuenta de que tiene también la rara habilidad de ver la economía mundial #toda en su conjunto, ricos y pobres# con claridad, razón y empatía. Si está buscando una visión lúcida, legible, coherente y libre de prejuicios de lo que ha estado pasando y lo que podría pasar a partir de ahora en la economía mundial, este es un excelente lugar para encontrarlo.»Robert Solow, premio Nobel de Economía «La economía global es demasiado complicada para ser definida en eslogans. Ésa es una de las razones por las que el nuevo libro de Michael Spence es tan estimulante. El autor ha investigado metódicamente los orígenes del hipercrecimiento, el proceso mediante el cual las economías nacionales se elevan desde la pobreza a la relativa prosperidad. En La convergencia inevitable se presenta una matizada y ágil explicación sobre la simbiótica y tirante relación entre los mercados en desarrollo y los que están aparentemente estancados».The Washington Post «Michael Spence ha escrito un libro inteligente, racional y humano sobre el gran acontecimiento económico de nuestra era: la convergencia, o el rápido crecimiento de los países pobres. Cualquiera que busque una guía con sentido común sobre la transformación en curso no necesita ir más lejos... Los lectores aprenderán mucho».Financial Times
El declivi dOccident va lligat a la concentració de riquesa en poques mans; aquest ha estat lorigen de la crisi actual i serà també el de la propera si es continuen mantenint les actuals polítiques neoliberals. La crisi actual afecta els dos àmbits principals de leconomia: el de la producció de béns i serveis i el de la seva distribució entre els diferents agents econòmics. Pel que fa a la producció, els països més productius, o amb un tipus de canvi artificialment baix, han acabat imposant la seva major competitivitat mitjançant uns superàvits comercials que han originat uns deutes externs colossals als països amb dèficit. Quant a la distribució, una creixent concentració de riquesa en poques mans ha anat inflant bombolles financeres i immobiliàries aquí i allí, lesclat de les quals ha provocat un posterior decreixement generalitzat i un increment desmesurat de les xifres datur i de pobresa. La solució és créixer, però ¿es pot fer si el creixement sostingut i el manteniment dels actuals nivells de producció i consum són físicament impossibles? Què exhaurirem abans, lhoste social o el planetari? De no establir-se uns intercanvis equilibrats amb el planeta, i entre els països i els seus habitants, lespècie humana saboca a un procés de destrucció. La Catalunya estat és una opció de sortida si es produeix en una nova Europa solidària i justa com la somniada quan érem fora de la Unió Europea i de leuro.
El declive de Occidente va unido a la concentración de riqueza en pocas manos; este ha sido el origen de la crisis actual y será también el de la próxima si se mantienen las actuales políticas neoliberales. La crisis actual afecta a los dos ámbitos principales de la economía: el de la producción de bienes y servicios y el de su distribución entre los diferentes agentes económicos. Respecto a la producción, los países más productivos, o con un tipo de cambio artificialmente bajo, han acabado imponiendo su mayor competitividad mediante unos superávits comerciales que han originado unas deudas externas colosales a los países con déficit. En cuanto a la distribución, una creciente concentración de riqueza en pocas manos ha ido inflando burbujas financieras e inmobiliarias aquí y allí, cuyo estallido ha supuesto un posterior decrecimiento generalizado y un incremento desmesurado de las cifras de paro y de pobreza. La solución es crecer, pero ¿puede hacerse si el crecimiento sostenido y el mantenimiento de los actuales niveles de producción y consumo son físicamente imposibles? ¿Qué agotaremos antes, al huésped social o al planetario? De no establecerse unos intercambios equilibrados con el planeta, y entre los países y sus habitantes, la especie humana se aboca a su desaparición.
Los " Manuscritos " sobre economía y filosofía, escritos en 1844, no fueron publicados en vida de Karl Marx (1818-1883) y permanecieron inéditos hasta casi cincuenta años después de su fallecimiento. La edición de esos borradores en 1932 supuso una verdadera revolución en los estudios marxianos y un acicate para la crítica de los enfoques economicistas de la historia; desde entonces, las discusiones entre el " joven Marx " y el " Marx maduro " han alimentado una polémica interminable sobre las líneas de continuidad o los puntos de ruptura de su pensamiento. En cualquier caso -y quizás todavía más hoy, cuando a principios del siglo XXI el sistema capitalista vuelve a mostrar sus aspectos más negativos-, la lectura de esos textos, traducidos al español y prologados por Francisco Rubio Llorente, muestra la importancia del concepto de enajenación y del humanismo filosófico en el conjunto de la obra de Marx.
He aquí la versión manga de esta obra cumbre de recobrada vigencia que invita a «seguir a los propietarios del dinero y de la fuerza de trabajo al lugar oculto de la producción [donde] descubriremos el secreto de la obtención de beneficios». «El capital es trabajo muerto que sólo se reanima, a la manera de un vampiro, al chupar trabajo vivo, y que vive tanto más cuanto más trabajo vivo chupa.»
Imagínese que un día se despierta y se encuentra con que prácticamente todas las actividades que puede desarrollar fuera de su entorno familiar se han convertido en experiencias «de pago». Pues bien, según Jeremy Rifkin, este panorama desolador formaría parte de un cambio fundamental que se está produciendo en la naturaleza de los negocios: la irrupción de la «era del acceso», una época radicalmente distinta a todo lo que conocíamos hasta ahora. En la economía hipercapitalista, comprar cosas en los mercados y tener propiedades son algo obsoleto, pues lo que se impone como norma es el acceso «puntual» a casi toda clase de servicios a través de las inmensas redes comerciales que operan en el ciberespacio. Ha llegado un momento en que pagamos más por la experiencia de usar cosas ?en forma de suscripciones, cuotas de ingreso y anticipos de pago-- que por las cosas en sí mismas. En todas partes las empresas venden sus propiedades y reducen su inventario, arriendan sus equipamientos y subcontratan las actividades: es decir, se vuelven «ingrávidas». Y la posesión de bienes físicos, antaño considerada un activo valioso, es contemplada ahora, en el ámbito empresarial, como una desventaja. A partir de todo esto, Rifkin afirma que la aventura capitalista, que comenzó con la mercantilización de bienes y la tenencia de propiedades, llega a su culminación con la mercantilización del tiempo y la experiencia humana. Y de ahí a un sistema sustentado en la venta de la propia experiencia cultural sólo hay un paso. Los viajes y el turismo global, las ciudades y los parques temáticos, la moda y la cocina, los juegos y los deportes, la música, el cine, la televisión e incluso las causas sociales están convirtiéndose rápidamente en el centro de una economía cuyo objetivo comercial básico son los recursos culturales. Y de ahí que Rifkin acabe advirtiéndonos que, cuando la economía absorbe a la cultura, sólo quedan los lazos económicos para mantener unida a la sociedad. La gran pregunta de nuestro tiempo, entonces, es si la civilización podrá sobrevivir cuando la esfera comercial quede como único árbitro de la vida humana.
En vista de que la crisis económica global sigue causando estragos, algunos responsables políticos han reivindicado un enfoque más keynesiano sobre los actuales problemas económicos. En el presente libro, los economistas Peter Temin y David Vines ofrec