En 1992, Sergey Daney, junto a otros cineastas crearon la revista Trafic con el rpopósito de renovar, tomar distancia y prolomgar con la palabra lo que el cine les originaba. A los pocos meses de su fundción, Daney falleció. En 2001 se publicó el número 37 monográfico dedicado a su figura y obra como escriotr cinematográfico. El presente libro recoge dicho monográfico con los comentaros de difrentes colaboradores que lo analizan.
Este libro sobre Bienvenido MISTER MARSHALL surge como un humilde homenaje a sus creadores (Luis G. Berlanga, Miguel Mihura y Juan Antonio Bardem) cuando se celebra el sesenta aniversario del estreno en el Festival de Cannes de esa mítica película. Durante esas seis décadas la cinta de Berlanga se ha convertido en unas de las referencias más paradigmáticas de la historia del cine. Y también ha sido una de las películas españolas que más debate, controversias, leyendas y mitificaciones ha generado. Pese a la abundante bibliografía existente sobre su director y sobre este film, el libro que ahora se presenta pretende desvelar algunas lagunas históricas aún oscuras, con el análisis minucioso de toda la documentación disponible y, al mismo tiempo, propone una metodología de trabajo, rigurosa y divertida a la vez, que puede servir para el estudio de otras obras decisivas de nuestra historia cinematográfica. La gran capacidad de Berlanga para fabular e inventar historias (tanto en el cine y como en su propia vida) unida a diversos avatares (cambios de rollo, leyendas, fotogramas desaparecidos, títulos cambiados, secuencias remontadas o desechadas, etc.) convierten Bienvenido MISTER MARSHALL en un dislate histórico tan divertido a veces como la trama vivida por los habitantes de ese pueblecito andaluz llamado Villar del Río. El trabajo de los profesores Rodríguez Merchán y Deltell pretende que el lector se divierta con las azarosas casualidades que el film ha sufrido sin renunciar al riguroso estudio histórico de la película de 1953.
Este libro estudia las formas en que las películas producidas por los grandes estudios de Hollywood transmiten unos determinados elementos ideológicos que garantizan el consenso nacional y proyectan una imagen externa funcional a los intereses de quienes ejercen el poder en la Casa Blanca. Con este propósito, se analizan una serie de cintas, poniendo de relieve el contexto histórico y el relato que desgranan para llegar a la conclusión general de que la mayoría de ellas poseen un trasfondo controvertido, que explica que una película termine legitimando la versión de cualquier proceso histórico, por encima de la interpretación que de ese mismo hecho realice la historia académica. Comprender la dinámica de expresión y representación por parte de los realizadores es fundamental para entender cómo Hollywood construye sentido.
Cuando el cine afronta la necesidad de volver a definir las bases de su relación con los espectadores, se hace más urgente que nunca dar respuesta al reto que apunta hacia la radical sustitución del «valor de uso» de las imágenes por su mero «valor de cambio». Con otras palabras, y planteado en forma de inventario no exhaustivo de preguntas: ¿Qué es hacer cine en el momento actual? ¿Cómo ubicar la praxis cinematográfica en la estela de la historia, lo mismo del cine que de la sociedad? ¿Qué supone enfrentarse a la creación cinematográfica en un marco de pérdida generalizada de los puntos de referencia que han venido definiendo la práctica fílmica? ¿Qué hacer para, sin ceder a la tentación de dejarse fagocitar por el mundo del audiovisual -con el que, sin embargo, hay que llegar a acuerdos-, devolver al cine un territorio propio? A través de una serie de incursiones tanto en el mundo del cine clásico como del moderno y contemporáneo, «La mirada plural» intenta ofrecer una respuesta abierta a éstas y otras cuestiones candentes.
Publicado en Alemania en 2015 con motivo de su aniversario número 70, este libro reúne por primera vez los escritos de Wim Wenders sobre otros artistas. A través de una idea o de un interrogante, Wenders tira de la punta del ovillo de sus pensamientos, y se desenvuelve como si fuera no solo un cineasta de culto sino también un escritor avezado. Estos textos narran su encuentro con los westerns de Anthony Mann, que lo impulsaron a abandonar la pintura y dedicarse al cine; sus recuerdos entrañables sobre el vínculo que estableció con Michelangelo Antonioni; su fascinación juvenil por los desoladores cuadros de Edward Hopper y de Andrew Wyeth; su curiosidad ante las fotografías de Peter Lindberg, el cine de Ozu o los diseños de Yohji Yamamoto, y también el descubrimiento de un nuevo lenguaje del movimiento en la danza de Pina Bausch, que solo la tecnología del 3D podía plasmar. Estas "impresiones" (discursos que escribió para ceremonias y homenajes, pero también apuntes personales que permanecían inéditos) pueden leerse como derivas estéticas que transparentan la mirada poética que tiene sobre el arte un cineasta de tan vasta experiencia como Wenders. Con una naturalidad asombrosa, explora las especificidades de cada artista, y nos hace ver qué es tan conmovedor en sus obras y sus procesos creativos. Pero quizás la fuerza de estos textos radica en la confianza inquebrantable de Wenders en el arte como mecanismo de penetración en la realidad, y sobre todo en el lenguaje como dispositivo capaz de revelarnos aquello que permanecía silencioso en los pensamientos y las imágenes. Con una gramática propia, y una escritura rítmica y visual, Wenders registra aquí los trazos de vidas y obras ajenas que lo acompañaron en la construcción de su particular poética de la mirada. Y lo hace con simpleza, admiración y compromiso hacia los otros, los artistas y los lectores.
Este libro analiza la presencia del cine alemán producido entre 1933 y 1945 en las pantallas españolas, es decir, desde la llegada al poder de Hitler hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Las autoridades nazis estaban interesadas en aprovechar las circunstancias del levantamiento para conseguir ventajas para sus productos cinematográficos comerciales, pero las relaciones no siempre fueron cordiales. Un ejemplo de ello fue el empeño nazi en evitar la puesta en marcha de lo que después sería NO-DO; la difusión de propaganda favorable a Alemania (en la España franquista) mediante un noticiario norteamericano; los enfrentamientos por la acción (tantas veces absurda) de la censura española sobre los filmes nazis, etc. Se ofrece, en definitiva, una nueva versión de las relaciones cinematográficas hispano-alemanas en este periodo y el trasfondo político, cultural y económico en el que se desarrollaron.
Los buenos guiones no surgen por generación espontánea, sino que suelen nacer del oficio o de la intuición de ciertas leyes que alguien decide respetar o ignorar. Este oficio, la intuición misma, se adquieren en gran parte a través de la experiencia y un poco mediante el estudio. A partir de catorce películas pertenecientes a diferentes épocas del cine americano, europeo y asiático, el autor muestra las distintas formas de presentar un guión. El punto de partida de esta obra es que, en el fondo, todas las historias son siempre las mismas, es el arte de la narración, el arte de contar, lo que permanece abierto y renovable. Michel Chion enumera los elementos constitutivos de un guión, los resortes dramáticos, los procedimientos de construcción y de narración, las incorrecciones más usuales, así como las técnicas utilizadas, los trucos o los procedimientos prácticos. Esta edición definitiva revisa y amplía la primera edición también publicada en esta misma colección.
Esta obra, escrita por historiadores de gran prestigio, cubre el vacío existente en nuestro país de un libro global sobre el cine español, es decir, una visión orgánica de conjunto diseñada y escrita con unidad metodológica. El presente volumen, resultado de una investigación interdisciplinar, no sólo va dirigido a un público especializado, ya que su análisis de un amplio periodo de la historia de nuestro país lo convierte en una interesante y amena lectura para el público general. El texto, que abarca desde los orígenes del cine hasta nuestros días, va acompañado de una cronología sociohistórica y de una exhaustiva bibliografía.
El propósito de este libro es reunir la máxima información sobre los trabajos dirigidos por los casi un centenar de directores que aparecen en este volumen. Pero la particularidad de este texto es que leeremos las voces de sus protagonistas hablando no sólo del largometraje de ficción, sino, también, de los distintos formatos del cortometraje, de las prácticas de la Escuela Oficial de Cinematografía, de sus trabajos para televisión, de sus incursiones en el terreno del cine documental y publicitario e, incluso, si es el caso, en otro tipo de actividades como la creación literaria, montajes teatrales y, también, de sus vivencias desde sus primeros años como espectadores en las salas de cine. Se habla, pues, de cientos de películas realizadas, de cortometrajes y documentales, de TV movies y de series de televisión, de publicidad, teatro, guiones, novelas, argumentos..., de todo el material del que se nutren las películas. De actores y de actrices, de técnicos de cine y de televisión, de escritores y guionistas, del público y de la crítica, del éxito y del fracaso... En resumen, de gran parte de nuestro cine y de gran parte de nuestra televisión. De nuestro cine español vilipendiado o indiferente para unos, y ensalzado y aplaudido por otros. Crítico cinematográfico para diversos programas de RNE, Antonio Gregori ha trabajado desde los años 70 como guionista, secretario de rodaje y ayudante de dirección en numerosas películas para TVE, con directores como Alfonso Ungría, Antonio Giménez-Rico, Emilio Martínez-Lázaro, Jaime Chávarri y Antonio Mercero, entre otros. En 1977 fue coguionista y productor del largometraje «Soldados» dirigido por Alfonso Ungría, que representó al cine español en diversos festivales y certámenes internacionales.
El presente volumen pretende poner de manifiesto, desde un punto de vista individual y social, el valor simbólico del vestido que, en interacción armónica con una forma de comunicación no verbal, forma un lenguaje visual bien articulado de múltiples implicaciones psicológicas y culturales. Con este estudio el autor ha intentado proporcionar al lector un instrumento crítico que permita contemplar desde una perspectiva distinta el cuidado y la exhibición de la propia imagen y rescatar al vestido de su limitación como objeto de consumo.
Asentada como un fenómeno global, la crítica de cine se presenta, hoy más que nunca, como una forma de diálogo intercultural. En este contexto, la crítica norteamericana, con su dinamismo y espíritu ecléctico, ofrece un buen ejemplo de la curiosidad revoltosa y febril que requieren los nuevos tiempos, el nuevo cine. Ante esta tesitura, el presente libro se plantea varios retos: primero, celebrar el 50º aniversario de la revista neoyorquina Film Comment, una de las publicaciones de cabecera de la cinefilia mundial; segundo, ahondar en los cimientos teóricos y estilísticos, así como en las herencias y genealogías, de la crítica americana; y tercero, aprovechar la oportunidad para rastrear la historia del cine americano en primera persona. LA MIRADA AMERICANA aspira a saciar la curiosidad de todo aquel cinéfilo dispuesto a indagar en la manera que tienen los americanos de ver el cine. Al mismo tiempo, los interesados por la crítica de cine podrán encontrar en las páginas de esta antología una particular escuela de crítica, llena de profesores rebeldes, iconoclastas, eruditos e irreverentes. En total, 41 artículos a cargo de 34 de las firmas más ilustres que han pasado por las páginas de Film Comment: Andrew Sarris sobre Otto Preminger y Max Ophüls, Molly Haskell sobre Amanecer, David Bordwell sobre El hombre que mató a Liberty Valance, Richard Corliss sobre los guionistas de Hollywood, Manny Farber sobre Taxi Driver, Jonathan Rosenbaum sobre Nicholas Ray, Robin Wood sobre Kenji Mizoguchi, Dave Kehr sobre la comedia americana, J. Hoberman sobre las películas malas, Amy Taubin sobre David Lynch, Kent Jones sobre Zodiac y mucho, mucho más.
Desde que en mayo de 2007 la revista " Cahiers du Cinéma. España " iniciara su andadura, el nombre de Santos Zunzunegui ha estado ligado siempre a ella y a su heredera, " Caimán. Cuadernos de Cine " , como miembro del consejo editorial de ambas y como responsable de una columna fija donde ha tenido la oportunidad de seguir cultivando la crítica cinematográfica que ejerciera ya en los años de la transición como miembro del colectivo " Contracampo " , y que nunca ha dejado de practicar, hasta el punto de ser una de las piedras angulares de sus aportaciones teóricas. El título de dicha columna ( " Lo viejo y lo nuevo " ), que da asimismo título a este volumen, deja pocas dudas acerca de cuál iba a ser desde un principio el objetivo principal de sus artículos: un análisis comparado -que tan buenos frutos suele rendir en su caso- entre el cine del pasado y el del presente, tal y como él mismo se encarga de precisar en el primer número: " Poner en marcha una modesta práctica de análisis llamada a tender puentes entre el pasado y el presente " .