La pretensión de este libro es la de ofrecer a formadores, docentes y padres un manual acorde con los desarrollos curriculares previstos en los últimos años de la educación secundaria obligatoria, el bachillerato y la formación profesional básica. Amistad y traición, civilización y barbarie, violencia y solidaridad, justicia y felicidad, libertad y seguridad, deber y corrupción, identidad y alteridad, sexo y amor, familia y escuela, son algunos de los temas sobre los que se invita a discutir a padres, educadores y alumnado. Pero, al objetivo más evidente de ofrecer un manual de apoyo susceptible de ser utilizado en estas etapas formativas, cabe añadir lo que podríamos denominar una " pedagogía de la mirada " . Porque, en un mundo saturado de imágenes, poner a disposición del lector casi medio centenar de ejercicios de análisis concretos contribuirá a que desarrolle una mirada más aguda y competente, a que sea más consciente de los mecanismos de manipulación y seducción que subyacen a todo discurso. Se trata no solo de establecer lo que una película dice, sino, también, de determinar cómo dice lo que dice. De ahí la doble aspiración última del libro: aprender viendo cine, aprender a ver cine.
El cine posmoderno es un privilegiado portavoz de nuestra realidad social. Por esta razón es fácil identificar, a través de las películas de los últimos treinta años, el narcisismo que tantos sociólogos reconocen en nuestra cultura. Este ensayo intenta mostrar los reflejos de Narciso en el espejo de numerosos filmes de autor, así como entrar en el debate acerca de si actitudes propias de nuestro tiempo como la fragilidad de las relaciones, la fuga a los paraísos artificiales, la depresión o la afectividad sadomasoquista constituyen un estigma inseparable de la posmodernidad o si, por el contrario, son una mera mala interpretación del ideal de la autenticidad, del cual podemos también encontrar sobrados ejemplos en la filmografía más reciente. El resultado es un fresco cinematográfico con multitud de matices y tonalidades en el que se mencionan y comentan más de quinientas películas, la mayor parte de las cuales serán gratamente recordadas por cualquier espectador amateur.
Considerado el «séptimo arte», el cine ha sido y sigue siendo uno de los medios de comunicación de masas más importantes. Desde la primera función en el sótano del Grand Café des Capucines de París hace algo más de cien años, hasta las grandes superproducciones de Hollywood que dominan las pantallas del mundo, el cine ha sido técnica e industria, entretenimiento y vehículo de expresión de ideas y sentimientos. Partiendo de estas consideraciones y estudiando la labor de reconocidos directores, el filósofo y psicoanalista Slavoj Zizek, profundo conocedor del universo cinematográfico y de la influencia de los medios de comunicación en la sociedad contemporánea, reflexiona sobre los temas principales de estos maestros y sus motivaciones a la hora de situarse detrás de la cámara. De la imposibilidad de hacer remakes de las películas de Alfred Hitchcock al pesimismo en la obra de Krzysztof Kieslowski; de la imagen de la mujer, la irracionalidad y la angustia en los trabajos de Andrei Tarkovski y David Lynch a la posibilidad imaginaria o real de desplazarse a través del tiempo y el espacio como los personajes de Matrix, Zizek desarrolla su imaginación crítica y su agudo sentido literario para atrapar al lector con imágenes, ideas y revelaciones que sorprenderán no solo a los buenos aficionados al cine, sino también a todos aquellos que deseen acercarse a los clásicos de la pantalla de la mano de este original y provocador filósofo.
Conrad Hall, director de fotografía de Camino a la perdición, En busca de Bobby Fischer y Dos hombres y un destino, explicaba así el concepto de plano memorable: «Se produce cuando la historia es contada de forma perfecta por los actores, el operador, el director y todos los demás». Contar la historia «de forma perfecta» no es fácil cuando se pasa del papel a la escena. Ante todo se requiere un guion dotado de tensión dramática, que el director pueda reconstruir en imágenes vivas durante su lectura. Pero, ¿cómo escribir un diálogo con fuerza visual? ¿Es posible trasladar el conflicto interior de los personajes a sus vestuarios o al diseño de las localizaciones que habitan? ¿Puede visualizarse una rivalidad, un deseo escondido o una obsesión mediante colores, ritmos o líneas? El autor explora este viaje desde el guion a la pantalla. Para ello propone los siete componentes de la imagen como recursos dramáticos de tensión visual, y emplea abundantes ejemplos de realización: planos memorables surgidos a partir de textos originales de guiones, clásicos y más recientes, como Billy Elliot, Interstellar, El padrino, El silencio de los corderos, Gravity, Taxi Driver, Eduardo Manostijeras, El viaje de Chihiro o Kill Bill.
¿Hasta qué punto son originales los argumentos cinematográficos? Un siglo después de los Lumière, el cine demuestra ser el gran fabulador de nuestro tiempo, el arte que ha actualizado las narraciones fundamentales de la historia de la cultura. La semilla inmortaltítulo de bella filiación platónica rastrea los motivos argumentales que se repiten en el cine de todos los tiempos y lugares, mostrando su relación original no siempre consciente con los relatos anteriores. Las películas se constituyen así como una etapa fértil en esa continuidad narrativa germinal a la que hace referencia el título: obras que son fruto de un legado anterior y que son capaces de generar uno nuevo. En el libro, los autores nos proponen un recorrido por las grandes películas de la historia del cine y crean sorprendentes y apasionantes relaciones con esos relatos fundacionales de la ficción universal. Así, descubrimos a Ulises errando en los desiertos del western, a la Cenicienta convertida en corista de Broadway, a Macbeth encarnado en la trágica figura de un gángster, a Edipo descubriendo su culpabilidad en un viaje interplanetario, o a Orfeo renacido como director de cine. Gracias a esta indagación comparada, y al juego de espejos que propone, los autores consiguen una nueva y apasionante manera de acceder al cine como un arte joven, impertinente, integrador, de todo punto imprescindible para establecer la plenitud de la ficción contemporánea. «Jordi Balló y Xavier Pérez nos muestran la necesidad humana de fabular, poniendo una pieza importante en una de las labores intelectuales más importantes del nuevo siglo: situar al cine en la reflexión del gran magma fabulador» (Vicenç Llorca, Avui). «Este magnífico libro es una pequeña joya que parte de la imagen platónica de la simiente verbal para sostener que las historias que el cine explica no son otra cosa que una forma peculiar de recrear las semillas inmortales que la evolución de la dramaturgia ha ido encadenando» (Màrius Serra, La Vanguardia). «Un libro que hay que recomendar a todos los que a veces nos cuesta aceptar los valores culturales del cine» (Oriol Bohigas).
El montaje es un principio creativo, una manera de concebir las películas asociando imágenes, disponiéndolas en un determinado orden y creando rupturas o continuidades inesperadas. El objetivo de este libro es doble: por una parte propone un recorrido por las diferentes formas de montaje presentes a lo largo de la historia; por otra, ofrece un análisis de esta técnica esencial, poniendo de relieve la dimensión fragmentaria que el cine comparte con otros campos de creación artística de nuestro tiempo.
En 1966 Jean-Luc Godard estrenaba "Masculin féminin", título emblemático del cine de la "nouvelle vague". Tomando como referencia esa manera desenfadada, espontánea y libre de narrar que caracterizó el cine de la "nueva ola francesa", en "Féminin féminin" Josefina Schargorodsky rinde homenaje a las mujeres que formaron parte de este movimiento: una generación de actrices, directoras y guionistas.
Este libro reflexiona sobre la contribución que ha llevado a cabo el cine documental a la representación de la memoria histórica, entendida como un esfuerzo colectivo para entroncar con el pasado, y también sobre la forma en que, a su vez, el pasado marca el camino de muchas propuestas cinematográficas, activando una ineludible toma de conciencia y configurando, cámara en mano, imágenes y narrativas siempre en construcción. El material filmado, como fuente histórica y como soporte del imaginario colectivo, ha constituido un poderoso relato que puede ayudar a la recuperación de esta memoria. Así lo testifican los artículos incluidos en esta obra.
El cine podría ser la última forma modernista o la primera posmodernista, pero ha contaminado infamemente a toda otra forma artística con la que ha entrado en contacto (especialmente a la novela de principios del siglo XX). El cine comercial, con frecuencia realizado en Estados Unidos, maravilló a futuristas, dadaístas y surrealistas; al igual que otras formas de cultura de masas norteamericanas como el jazz, los comics y el periodismo sensacionalista. El cine podría ser o no una religión, pero, en su primitivismo emocional y su tecnología de avanzada, está más próximo a los orígenes cultuales del arte que la pintura o el teatro. El cine podría ser o no un lenguaje, pero ciertamente es una literatura: un cuerpo de textos interrelacionados que se refieren entre sí, y que no son simplemente films, sino también estrellas, directores, géneros, industrias nacionales y más.