Hace menos de cien años, el socialismo era un movimiento tan poderoso en la sociedad moderna que casi todos los teóricos sociales le dedicaban extensos tratados. El comienzo lo marcó John Stuart Mill en el siglo XIX, y lo siguieron Émile Durkheim, Max Weber y Joseph Schumpeter, para nombrar solo a los más importantes. A pesar de sus grandes diferencias, todos estos pensadores veían en el socialismo un desafío intelectual que acompañaría de forma permanente al capitalismo. Esto ha cambiado radicalmente. Ya no se confía en que el socialismo pueda despertar el entusiasmo de las masas ni se lo considera apto para señalar alternativas al capitalismo. "En un abrir y cerrar de ojos -escribe Axel Honneth- se intercambiaron los roles de dos grandes adversarios del siglo XIX: el futuro parece pertenecerle a la religión como fuerza ética; el socialismo, en cambio, es percibido como criatura intelectual del pasado". Guiado por la convicción de que esta inversión ha ocurrido demasiado rápido y, por lo tanto, no puede ser toda la verdad, Honneth se propone demostrar que en el socialismo existe aún una chispa de vida "si se libera decididamente su idea rectora del andamiaje intelectual arraigado en el industrialismo temprano y se la coloca en un nuevo marco teórico social".
Ferdinand Tönnies (1855-1936), miembro de la generación fundadora de la sociología en Alemania, es considerado Néstor en su constitución como disciplina científica. Tönnies es creador consciente de una nueva ciencia que estudia las nuevas manifestaciones de la convivencia humana en la modernidad. En una época de dominio del positivismo representado por el biologismo y organicismo de Spencer, así como del historicismo expresado en el pensamiento jurídico y económico que se orienta por y hacia el Estado, el sociólogo alemán pretende realizar una síntesis superadora de ambas perspectivas antagónicas afrontando el progreso histórico de la vida social. El individualismo metodológico, de trasfondo hobbesiano, le proporciona el sustrato para discernir que la realidad social se origina en actos de afirmación querida y consciente. Como sostiene en su autopresentación de 1922: «Yo partía de que, frente a las explicaciones teológicas de las relaciones humanas, formas volitivas y alianzas sociales, el fundamento de su tratamiento científico radicaba en el derecho natural moderno (...); sin embargo, este cimiento es insuficiente porque contempla el querer y el pensar únicamente a través de sus expresiones racionalistas, ignorando la existencia de otras. El núcleo de mi pensamiento era revelar las raíces de la comunidad en el pensar y querer prerracionales (...), lo cual designé voluntad esencial Wesenwille». El presente libro pretende introducir al lector en el pensamiento de Tönnies, considerándolo a la luz de su contexto histórico-intelectual y vida con la intención de comprenderlo adecuadamente. Viene a cubrir la escasez de estudios en español sobre un sociólogo cuyas aportaciones en el campo de la opinión pública, la sociología urbana o la sociología del orden siguen siendo plenamente actuales.
El inicio del siglo xxi ha venido marcado por los debates que, en el plano internacional, están sometiendo a revisión la comunicación para el desarrollo con el fin de proponer otras alternativas como comunicación para el cambio social o comunicación para el empoderamiento ciudadano y ecosocial. El debate conceptual que tiene lugar está lejos de resolverse con una respuesta fácil e inmediata, en la medida en que todos los términos que entran en escena requieren de un trabajo genealógico que permita identificar las tensiones, los actores sociales y las perspectivas de investigación en conflicto. Este volumen constituye una importante aportación a estos debates en marcha planteados en la línea de reflexión que rescata, reconoce y valora lo que De Sousa Santos define como «Epistemologías del Sur». «El campo de la comunicación para el cambio social, el cual hemos considerado huérfano de pensamiento profundo y escaso de aproximaciones epistemológicas, logra con este trabajo de Tufte dar un paso significativo, seguro y legitimador tanto en la academia como en el mundo de las políticas y prácticas de este tipo de comunicación.» Amparo Cadavid Bringe, Uniminuto (Colombia) Thomas Tufte es profesor titular de la Universidad de Roskilde (Dinamarca) e investigador asociado en la Universidad de Johannesburgo (Sudáfrica, 2013-2016). Es doctor en comunicación por la Universidad de Copenhague y cofundador y codirector de Ørecomm, un centro binacional de investigación en comunicación y cambio glocal. Ha sido titular de la Cátedra unesco de comunicación de la Universidad de Barcelona (2003) y profesor visitante de la Universidad de Cádiz (2012) y de la Universidad de Rhodes (Grahamstown, Sudáfrica, 2002). Trabajó durante dos años para Naciones Unidas (pnud) en Paraguay (1994-1996). Ha colaborado con universidades latinoamericanas de Brasil, Colombia, Paraguay y Chile. Es experto en comunicación para el cambio social, comunicación para la salud y estudios de audiencia. Ha impartido clases y conferencias como profesor invitado en numerosos países de África, Europa, América Latina y eeuu. Este libro es una aproximación a un aspecto poco visible del actual auge de la novela negro-criminal: la presencia abundante y decisiva de la autoría femenina. A través de sus doce capítulos, que componen un mosaico vibrante y variado de la presencia, nada anecdótica, de las autoras en el género criminal, se traza un mapa de las escritoras que, desde Lourdes Ortiz en 1979, han demostrado que la narrativa criminal, más allá de ser un reflejo de los cambios sociales en general, puede plasmar también la evolución de los estereotipos de género y de las relaciones simbólicas entre la mujer y el poder o entre la mujer y el mal. Las escritoras crean nuevas figuras de poder inspectoras, comisarias, juezas, describen la pluralidad de la víctima femenina y se atreven a representar la violencia y el mal más allá de las formas patriarcales y estereotípicas de la «mala mujer».
Partiendo de una reflexión crítica en torno a la historiografía del "control social", esta monografía nos ofrece una reflexión sobre el papel desempeñado por el discurso y las prácticas médicas en una serie de "laboratorios de la norma" (el manicomio, la escuela y el espacio social), esto es, lugares en los que, de un modo u otro, se han ensayado o puesto en práctica estrategias diversas con las que "inculcar y "enseñar" a individuos y colectivos cómo deben comportarse con arreglo a las normas establecidas por las élites hegemónicas.
¿Podrán erradicarse algún día las divisiones sociales? ¿Qué induce a las personas a la delincuencia? ¿Cómo ha transformado internet nuestras relaciones? Las respuestas de los sociólogos a estas y otras grandes preguntas acerca de cómo organizar las sociedades continúan modelando nuestro mundo. Con un lenguaje claro, El libro de la sociología ofrece concisas explicaciones que desbrozan la jerga académica, esquemas que simplifican las teorías más complejas, citas e ingeniosas ilustraciones que juegan con nuestras ideas de la sociedad. Tanto el néofito como el estudiante o el experto aficionado hallarán en este libro material con el que nutrir su pensamiento.
Esta obra fundamental reconstruye los cambios esenciales que han jalonado la relación entre la acumulación de capital y la formación del Estado a lo largo de un período de 700 años. Giovanni Arrighi, uno de los más significados teóricos marxistas de las últimas décadas, sintetiza de forma magistral teoría social, historia comparativa y narración histórica en este análisis de las estructuras y de los protagonistas que han conformado el curso de la historia mundial durante el último milenio. El autor sostiene que la historia del capitalismo ha operado mediante una sucesión de «siglos largos»; épocas durante las cuales una potencia hegemónica ha desplegado una combinación novedosa de redes económicas y políticas que han asegurado el control sobre un espacio económico mundial en continuo proceso de expansión. Arrighi examina con notable intensidad los modestos comienzos, la consolidación y la violenta ruptura de los lazos forjados entre capital, poder estatal y estrategias geopolíticas por las clases y Estados hegemónicos, sosteniendo, a la postre, que una lógica específica rigió la concentración de poder y la obtención final del control sobre los puntos estratégicos del poder comercial, financiero y político. Desde esta perspectiva, se explican, de forma concisa y brillante, las suertes cambiantes del capitalismo florentino, veneciano, genovés, holandés, inglés y, finalmente, norteamericano. El libro concluye con un análisis de las fuerzas que han erosionado la posición hegemónica de los Estados Unidos y de las perspectivas de resolución de la crisis sistémica actual. Obra maestra de sociología histórica, El largo siglo XX compite, por su alcance y ambición, con los trabajos realizados por estudiosos e intelectuales de la talla de Perry Anderson, Charles Tilly y Michael Mann.
Tras el éxito de las experiencias de 2011 y 2012, la Fundación quiere seguir significándose como puente y punto de encuentro para el diálogo entre las distintas sensibilidades y expresiones de la diversidad social, cultural, económica y nacional de la ciudadanía de Cataluña, España y Europa. Esto constituye una parte esencial del legado de Lluch y el objetivo central de los primeros doce años de recorrido de la Fundación: ayudar a la civilidad democrática. El Proyecto Diálogos, en su edición de 2013, se articuló en torno a dos ciclos, en Barcelona y Madrid, de reflexión dialogada sobre el futuro de Europa. El objetivo es contrastar e integrar el debate experto y ofrecer una reflexión pública por parte de personalidades que conjugan conocimiento e itinerarios complementarios. En este intercambio, la forma el diálogo comparte protagonismo y se convierte a su vez en el mensaje a transmitir.
Desde la filosofía hasta la crítica literaria, pasando por la teoría social, el amplio ámbito de referencia de este libro encierra conclusiones igualmente complejas. Rorty sostiene que pensadores tales como Nietzche, Freud y Wittgenstein han hecho posible que las sociedades se consideren a sí mismas como contingencias históricas antes que como expresiones de una subyacente naturaleza ahistórica o como realizaciones de metas suprahistóricas. Esta perspectiva irónica acerca de la condición humana resulta valiosa en el plano privado, si bien no puede adelantarse a los fines sociales o políticos del liberalismo. Rorty cree en realidad que es la literatura, y no la filosofía la que puede hacer tal cosa promoviendo un sentido genuino de la solidaridad humana, sobre todo a partir de novelistas como Orwell y Nabokov. Una cultura verdaderamente liberal, con clara conciencia de su contingencia histórica, fusionaría la libertad privada, individual, de la perspectiva filosófica, irónica, con el proyecto público de la solidaridad humana engendrado por la inteligencia y la sensibilidad de grandes escritores. Richard Rorty -caracterizado como "el filósofo más interesante de la actualidad en todo el mundo", autor de El giro lingüístico y compilador de La filosofía en la historia, ambos publicados también por Paidós- se revela aquí como un teórico singularmente sutil, cuya escritura atraerá tanto a lectores académicos como a los no académicos.