La autora contribuyó a la cultura mexicana con traducciones, el ejercicio de la docencia y la promoción de las artes. Tradujo al alemán la novela Pedro Páramo al alemán estimulando la proyección de Juan Rulfo y de la novela latinoamericana en Europa. Dio a conocer en español la obra de Paul Westheim (1886-1963) uno de los primeros críticos del expresionismo alemán, quién además estudió a profundidad el arte prehispánico. Tradujo también los comentarios de Eduard Seler al Códice Borgia, y escribió sobre literatura y artes plásticas en suplementos y revistas a lo largo de medio siglo. Así, esta obra es la primera muestra ontológica de esos textos, algunos inéditos. Más de medio centenar de artículos y ensayos sobre artes plasticos divididos en seis apartados y un apéndice. Las notas monográficas y biográficas complementan los textos de la estudiosa alemana y ayudan a situarlos en su época y circunstancias, y nos dejan señales para ahondar sobre artistas y personajes.
Frente a la reducida visión de los especialistas, Rudolf Wittkower pone de relieve en esta obra cómo las diferentes culturas del este y el oeste pueden inspirarse recíprocamente sin por ello perder su originalidad. Esta peculiar «migración de los símbolos» la estudia Wittkower en la difusión mundial del motivo de «el águila y la serpiente» y, sobre todo, en las maravillas, monstruos y portentos que, vistos o imaginados en oriente, según el testimonio de Megástenes, Marco Polo y otros viajeros, pasaron a ser parte de la cultura europea. El otro gran tema del libro es la forma plástica de la que se han revestido en el arte occidental ideas tan significativas como las de Tiempo y Virtud, Paciencia y Ocasión, Muerte y Resurrección, junto con los intentos hechos en los albores del Renacimiento italiano para dar nueva vida a los jeroglíficos egipcios, entendidos como recipientes de una recóndita sabiduría. Rudolf Wittkower fija también su mirada en el «lenguaje gestual» que tanto llama la atención en las figuras de santos y ángeles de El Greco, reconstruye los pasos dados por Tiziano hasta pintar La religión socorrida por España, según puede ser contemplada en el Museo del Prado, y completa el círculo de sus indagaciones esclareciendo, con erudición y agilidad, la relación de la imagen y el concepto, la percepción y la interpretación, así como los diferentes niveles de significación que cabe hallar en los símbolos visuales.
Se reúnen en Michael Fried el historiador y el crítico de arte, dos actividades y dos tipos de discurso que marcan el específico talante del autor.?Considerado habitualmente como un «crítico formalista», en la estela de Clement Greenberg, Fried es autor de algunos de los textos fundamentales en la crítica del arte moderno, entre ellos La figura como forma: los polígonos irregulares de Frank Stella (1966) y Arte y objetualidad (1967). Ambos se recogen aquí y el segundo da título al libro. Además, un conjunto de artículos sobre artistas como Noland, Caro, Morris Louis, Hofmann, Johns, etc., es decir, la «plana mayor» de la pintura moderna estadounidense, aquella que, en opinión de Greenberg y el propio Fried, determina el espacio de la modernidad.
«Todo se parece a algo» reúne los escritos críticos y testimonios de Ángel Ferrant (1890-1961) prologados y anotados por Javier Arnaldo y Olga Fernández. Ferrant es uno de los más importantes escultores del siglo XX. Su obra es tan sencilla y en ocasiones materialmente elemental como rigurosa y original. Sus móviles, objetos encontrados, figuras humanas y naturales configuran una galaxia que se mueve en el mundo que también crearon Joan Mir5ó y Alexander Calder, con los que Ferrant mantuvo estrecho contacto.
El concepto de estética nace en Europa en el siglo XVII y, por lo tanto, muchas historias de la estética tomaron en escasa consideración las teorías de la belleza y del arte elaboradas antes de estas fechas. Ahora bien, desde hace más de cincuenta años la actitud de los historiadores ha cambiado y la Edad Media se ha valorizado como una época rica en especulaciones fascinantes sobre la belleza, el placer estético, el gusto, la belleza natural y la artificial, las relaciones entre el arte y las demás actividades humanas. En este compendio de las teorías estéticas elaboradas por la cultura del Medioevo, desde el siglo VI hasta el XV de nuestra era, Eco reconoce, de forma accesible para el lector no especializado, las etapas de un debate que, a partir de la Patrística y hasta los albores del Renacimiento, presenta aspectos dramáticos y apasionantes, y nos permite entender mejor la mentalidad, y el gusto artístico del hombre medieval.
Esta obra presenta una visión del arte del siglo XX, a mitad de camino entre el ensayo y la historia. Constituye una trama, por ser un conjunto de apreciaciones, consideraciones y reflexiones sobre el fenómeno de la modernidad artística. El contenido se divide en dos secciones: la primera presenta una narración continua estructurada en capítulos, y la segunda, a modo de diccionario, constituye un complemento y guía de la anterior. Es un instrumento fundamental para comprender los porqués y los cómos de las manifestaciones artísticas del siglo XX.
Puede considerarse como la obra más importante entre las editadas hasta ahora sobre este tema, hasta hace poco por completo desconocido. Karin Hellwig analiza los tópicos en vigor en el Siglo de Oro de nuestra pintura, los debates entre los artistas, las reflexiones sobre la eventual nobleza de su arte, las relaciones con las teorías ya consagradas, especialmente en Italia... El libro aporta una documentación de primera mano que permite conocer un ámbito fundamental de nuestra historia artística, lo hace con todo rigor y traza un panorama que será por completo original para muchos lectores
"Los primeros diez años. 1900-1910, los orígenes del arte contemporáneo" analiza un momento fundamental para el arte contemporáneo. Años en que Cézanne pinta algunas de sus mejores obras y, con él, Klimt, Munch, Matisse, Picasso..., años en los que Brancusi pone los fundamentos de la escultura de nuestro tiempo. Clasicismo y primitivismo abren nuevos horizontes a la imagen artística, que se vuelve sobre sí misma, sobre la condición de su lenguaje, y sobre su capacidad para "representar" la naturaleza, descubriendo un mundo más amplio y complejo que el convencionalmente reservado al arte