Teoría del arte



EL CUERPO EN LA ESCULTURA
El cuerpo siempre ha sido importante en la Historia del arte, pero es en la escultura donde adquiere mayor relevancia. En el presente libro, Tom Flynn se centra en el cuerpo como preocupación básica de los escultores desde la Prehistoria hasta nuestros días, examinando el modo en que ha sido utilizado por el hombre para expresar sus aspiraciones, miedos y ansiedades, desde el mito de Pigmalión hasta las modernas performances en torno al sida. La obra va acompañada de una abundante documentación gráfica, que incluye objetos considerados habitualmente marginales, como figuras de cera, autómatas o muñecas.ÍndiceIntroducción. Figuras de cera, muñecas y doppelgängers 1. Ídolos, mitos y magia: el cuerpo en la Antigüedad 2. El cuerpo renacido: la Edad Media 3. La apoteosis del cuerpo: Manierismo y Barroco 4. El cuerpo sublime: el siglo XVIII 5. El cuerpo en color: el siglo XIX 6. Abyección y assemblage: el cuerpo en el siglo XX Conclusión

OBSERVADORES
Tradicionalmente se ha prestado poco interés a esas figuras que, a veces, aparecen en las imágenes de monumentos o de museos. Tendemos a percibirlos como observadores circunstanciales –y, por lo tanto, prescindibles– de un motivo mucho más importante que es la obra de arte. Sin embargo, ellos hacen que ésta termine por ser lo que es, pues la idea de creación artística implica la idea de mirar, de despertar curiosidad y de experimentar placer. Son testigos de un comportamiento que rescata el objeto de la historia para insertarlo en el tiempo. Este libro analiza el protagonismo que tienen los eventuales observadores en las imágenes artísticas, al ser reproducidas en distintos soportes, y la conversión de la mirada en un tema de representación. Escrito en forma de ensayo, constituye, en el fondo, una advertencia sobre la propia forma de mirar de cada uno y un reconocimiento a las miradas de los demás.

LA DANZA DE SIVA
En La danza de Siva está la esencia de la experiencia de la estética india, arraigada en la «constante intuición» de la unidad y la armonía de la vida, donde cada cosa tiene su lugar, cada ser su función y cada interpretación su momento en el divino concierto dirigido por Siva, el señor de los danzantes. De su esencial armonía dan cuenta los siete ensayos de profundo y clarificador análisis con que Coomaraswamy nos presenta la historia y esencia del arte de la India.

LA PALABRA PINTADA
En "La palabra pintada", Tom Wolfe describe el curso errático de la historia social del arte moderno, desde sus inicios revolucionarios una revolución contra el contenido literario en las obras artísticas hasta su estado actual. Según Wolfe, el arte moderno se ha convertido, inconscientemente, en una parodia de sí mismo, obsesivamente devoto de ciertos críticos-«gurús» hasta el punto de reducción al absurdo en que se ha convertido: tan literario, académico y manierista como la pintura contra la que se había rebelado. El arte moderno pronto se puso de moda. La alta sociedad (le beau monde, Culturburgo) y los críticos de arte se adhirieron a él en calidad de peces piloto, y el tinglado empezó a crecer, crecer, crecer del Expresionismo Abstracto se pasó al Pop, del Pop al Op, el Op cayó ante la ofensiva del Minimal, y de éste se pasó al Arte Conceptual, etc., etc. Los peritos y expertos se esfumaron y ocuparon su lugar le beau monde y los críticos, los celadores de la Palabra Pintada: Greenberg, Rosenberg, Steinberg: éstos son los grandes, éstos quedarán en la Historia del Arte argumenta sarcásticamente Wolfe y no los pintores, llámense Pollock, de Koonig, Johns, Lichtenstein, Rauschemberg La argumentación suena convincente y en cualquier caso resulta terriblemente divertida. Cuando describe el ritual de los jóvenes artistas aspirantes a la fama (en dos fases, La Danza de los Bohemios y La Consumación) o establece el censo de Culturburgo, la ironía de Tom Wolfe es devastadora.